- El precio de la leche de vaca en la Unión Europea ha experimentado un aumento destacado durante el último año.
- España se mantiene entre los países con el precio más bajo en origen para los ganaderos, lejos de la media europea.
- La producción nacional crece ligeramente, pero el número de explotaciones continúa disminuyendo.
- El sector denuncia discriminación de las industrias lácteas a los ganaderos de menor tamaño y en regiones como Galicia.
España y el resto de la Unión Europea han vivido un notable incremento en el precio de la leche de vaca durante los últimos meses, una tendencia que sin embargo no se refleja de igual forma para todos los países. Mientras los datos muestran una subida generalizada, los ganaderos españoles continúan recibiendo uno de los precios más bajos dentro de la UE, situación que causa preocupación en el sector.
Los profesionales del sector lácteo en España llevan años reclamando una remuneración justa por la leche de vaca que producen, en especial en comparación con sus homólogos europeos. Las diferencias de precios se han agudizado, y entidades como la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos han manifestado públicamente su malestar, exigiendo cambios que frenen la discriminación y mejoren la sostenibilidad de las explotaciones.
Subida de precios en Europa, aumento más discreto en España
El precio medio de la leche de vaca en la Unión Europea durante el mes de junio ha alcanzado los 53,15 euros por cada 100 kilos, tras registrar un crecimiento del 15,2% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando rondaba los 46,12 euros. Esta evolución representa el tercer mes consecutivo de subidas en el continente y consolida una tendencia al alza dentro del mercado lácteo europeo.
No obstante, España se sitúa a la cola en lo que respecta al precio abonado en origen. En nuestro país, el incremento ha sido del 4,8%, pasando de los 46,41 euros por cada 100 kilos a los 48,64 euros. Así, mientras otras naciones como Alemania, Dinamarca o Países Bajos han experimentado subidas de entre un 15% y un 18,8%, los ganaderos españoles apenas se han beneficiado de esta tendencia positiva.
Las diferencias con el entorno inmediato son claras: Alemania paga actualmente 54,20 euros por cada 100 kilos de leche, Países Bajos hasta 56,75 euros y Dinamarca llega a los 55,90 euros. Solo Francia muestra un incremento moderado similar al español, aunque sigue siendo algo superior: un 7,9% de subida respecto a 2024.
Estos contrastes se reflejan incluso a pequeña escala: los ganaderos españoles reciben hasta seis y siete céntimos menos por litro que sus colegas de Alemania, Irlanda o Países Bajos, y cinco céntimos por debajo de la media comunitaria.
Producción y estructura: menos explotaciones, leve aumento de volumen
En el último año, la producción de leche de vaca en España ha rondado los 7,4 millones de toneladas, lo que representa aproximadamente el 5% de la producción total de la Unión Europea. A pesar de un ligero aumento del 1,5% respecto al año anterior, el número de explotaciones lecheras sigue descendiendo de forma constante, habiendo pasado de más de 9.500 en 2023 a poco más de 9.300 en 2024.
Este descenso de explotaciones se compensa parcialmente con una concentración de la producción en un menor número de granjas de mayor tamaño, pero la falta de relevo generacional y las dificultades para encontrar mano de obra dificultan la viabilidad de muchas explotaciones, en especial las más pequeñas.
En la provincia de León, por ejemplo, apenas quedaban a finales del año pasado 174 ganaderos especializados en vacuno de leche, con una media de 1,3 millones de litros por explotación. La modernización y la automatización se han convertido en estrategias habituales para sobrevivir en un sector que cada año pierde productores activos.
Reclamaciones del sector y discriminación por tamaño y ubicación
Las organizaciones agrarias españolas han denunciado la discriminación que sufren los ganaderos de menor tamaño por parte de las industrias lácteas. Los datos muestran que a las explotaciones con menos de 100.000 kilos de leche al año se les paga hasta nueve céntimos menos por litro que a aquellas que superan los 700.000 kilos, una diferencia que afecta especialmente a regiones como Galicia.
El problema no es solo económico. El sector considera que estas diferencias erosionan la competitividad y la pervivencia de las explotaciones familiares y de menor tamaño, lo que podría acelerar la desaparición de ganaderos en las zonas rurales.
Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, la denuncia es clara: «Las industrias lácteas no están remunerando justamente a los productores, provocando que el sector sufra una presión cada vez mayor». El precio en origen, según insisten, no se justifica ni por costes ni por condiciones de mercado.
España continúa siendo un país deficitario en leche de vaca, y la brecha respecto a la media europea parece no reducirse a pesar de los esfuerzos del sector. La falta de una política clara que garantice precios justos y condiciones competitivas mantiene la tensión en el campo español.
El entorno actual de la leche de vaca refleja un sector en plena transformación, donde la profesionalización, la modernización y la búsqueda de precios justos son claves para la supervivencia de los ganaderos. El reto a corto y medio plazo será equilibrar la producción, garantizar un relevo generacional y conseguir que la diferencia de precios con el resto de Europa deje de ser una asignatura pendiente para el campo español.
