- Incremento de avistamientos de ballenas jorobadas en Río de Janeiro durante la migración anual.
- Recuperación poblacional destacada tras décadas de protección y moratoria a la caza.
- Investigación científica para identificar rutas y comportamientos de estos cetáceos.
- Amenazas persistentes como varamientos, redes de pesca y la importancia del respeto ambiental.
La costa de Río de Janeiro se ha convertido en escenario de excepcionales avistamientos de ballenas jorobadas en los últimos días, fenómeno que ha coincidido con la conmemoración del Día Mundial de las Ballenas y los Delfines. Tanto habitantes locales como visitantes han podido disfrutar de la presencia de estos imponentes mamíferos marinos, que cada año atraviesan aguas brasileñas en su migración desde las frías regiones antárticas. Más información sobre el avistamiento de ballena jorobada en Río.
Este incremento en la aparición de ballenas jorobadas frente al litoral carioca es resultado de años de esfuerzos en conservación y de la recuperación de espacios naturales que antaño les resultaban hostiles. Los expertos destacan que el retorno de estos cetáceos no solo es un motivo de celebración científica, sino también una oportunidad para concienciar sobre la importancia de proteger nuestro entorno marino.
Ruta migratoria y ciclo reproductivo de las ballenas en Brasil
Las ballenas jorobadas viajan cientos de kilómetros desde la Antártida hasta la costa brasileña, donde encuentran aguas más cálidas y seguras para reproducirse. El trayecto incluye una parada en las inmediaciones de Río de Janeiro, que actúa como zona de tránsito en su itinerario hacia el archipiélago de Abrolhos en Bahía y otras áreas del noreste, que son clave para el nacimiento y cría de sus ballenatos. ¿Por qué celebrar el Día Mundial de las Ballenas y los Delfines?
Según los investigadores del Proyecto Baleia Jubarte, una vez en zonas reproductivas, las hembras preñadas dan a luz y las no preñadas se aparean acompañadas de machos, asegurando la continuidad de la especie. Algunas madres regresan al año siguiente acompañadas de sus crías, lo que contribuye al repunte de la población observado en las últimas décadas.
Gracias a la prohibición de la caza comercial, vigente desde la moratoria internacional de 1986, la cantidad de ballenas jorobadas en Brasil creció de alrededor de 1.400 individuos en 2001 a 25.000 en 2022. Esto ha permitido a los investigadores analizar factores como genética, salud, edad, sexo y patrones acústicos mediante técnicas de fotoidentificación y estudios biológicos.
Investigación, seguimiento y amenazas actuales
El trabajo científico en la región se apoya en cruceros de observación y recolección de datos tanto visuales como genéticos. Las fotos de la cola de cada ballena, por ejemplo, permiten identificar a individuos específicos y conocer sus desplazamientos, en un método similar al uso de huellas dactilares en humanos. Además, el monitoreo acústico revela la complejidad de los cantos de estos cetáceos, recurso esencial en la reproducción y la vida social de estos animales. Funciones de la ballena
A pesar del crecimiento poblacional, persisten riesgos como el atrapamiento en redes de pesca y el varamiento en playas. Recientemente se halló una ballena jorobada muerta en la playa de São Conrado, con la zona acordonada por los servicios municipales para evitar el acceso al cadáver. Asimismo, en los últimos días se han producido rescates en otros puntos del litoral, lo que subraya la importancia de mantener la precaución y el respeto por estos animales durante su paso.
Los expertos insisten en la importancia de mantener la distancia y evitar interferir con los animales, recordando que la recuperación de la especie ha sido posible gracias al esfuerzo colectivo. La colaboración entre instituciones científicas, autoridades locales y la ciudadanía ha sido fundamental para que Río de Janeiro continúe siendo un hogar temporal para estos gigantes del océano.
El retorno de las ballenas jorobadas a la costa carioca demuestra el impacto positivo de la protección ambiental y simboliza la esperanza y el compromiso con la biodiversidad marina. A pesar de los desafíos que aún persisten, la convivencia con estos animales ayuda a recordar la relevancia de cuidar los océanos y de trabajar en conjunto para la conservación de especies emblemáticas de nuestro planeta.
