- Las ballenas jorobadas realizan anillos de burbujas en presencia de humanos, comportamiento que podría indicar un intento de comunicación.
- Investigadores han documentado 39 anillos creados por 11 ballenas diferentes en 12 episodios, todos cerca de embarcaciones o nadadores.
- Este fenómeno forma parte del proyecto WhaleSETI, que busca paralelismos entre inteligencia animal y la búsqueda de señales extraterrestres.
- El significado de estos anillos aún no se comprende del todo, pero refuerza la idea de que la curiosidad y la comunicación interespecies son clave en la inteligencia animal.
Las ballenas jorobadas están revolucionando lo que sabemos sobre la comunicación en el reino animal. Estas majestuosas criaturas marinas, famosas por sus saltos y sus cantos, han sorprendido recientemente a la comunidad científica al mostrar un comportamiento asombrosamente deliberado al interactuar con humanos: la creación de anillos de burbujas perfectamente circulares cuando se acercan a embarcaciones o nadadores. Este fenómeno nunca antes documentado en relaciones con cetáceos plantea nuevas hipótesis sobre la comunicación interespecies y la inteligencia no humana.
Varios equipos de científicos, especialmente del Instituto SETI y la Universidad de California en Davis, han recopilado datos a lo largo de diferentes océanos del mundo. Lo que antes se conocía únicamente como una técnica de caza —la famosa red de burbujas para acorralar presas— ahora adquiere un nuevo matiz: los anillos simétricos y solitarios que aparecen cerca de personas parecen tener un propósito muy diferente, ya que nunca se han observado estas formaciones en ausencia de humanos.
Un comportamiento nunca antes observado: anillos dirigidos a humanos
Durante el transcurso de 12 encuentros documentados, 11 ballenas jorobadas diferentes produjeron un total de 39 anillos de burbujas justo al lado de humanos, tanto nadadores como tripulantes de pequeñas embarcaciones. Los investigadores, tras revisar grabaciones de casi cinco mil vuelos de drones en zonas de gran afluencia de ballenas como Hawái, Alaska o la Antártida, constataron que este comportamiento era exclusivo en presencia de personas. Esto descarta que se trate de una simple casualidad o de técnicas habituales de caza. En estos episodios, las ballenas permanecían habitualmente en solitario, quietas o moviéndose lentamente, sin signos de estrés o búsqueda de alimento.
La mayoría de los anillos se produjeron en encuentros amistosos y sin agitación. Observadores relataron que las ballenas, en vez de mostrar actitudes defensivas, adoptaban posturas horizontales y se acercaban con movimientos pausados, efectuando incluso curiosos «saltos de espía» para asomarse fuera del agua, lo que subraya la naturaleza voluntaria y no agresiva de estas interacciones.
Un aspecto destacado por los científicos es que en casi todos los casos la ballena implicada estaba sola, eliminando la posibilidad de que esta señal visual estuviese destinada a otros cetáceos. Además, la dirección intencional de los anillos hacia las personas sugiere una motivación social o lúdica, y algunos ejemplares eran reconocibles por haber realizado esta conducta en diferentes lugares del mundo.
WhaleSETI: desde el mar hasta la búsqueda de vida inteligente fuera de la Tierra
Este fenómeno ha sido cuidadosamente analizado por el equipo de WhaleSETI, un proyecto que toma como modelo la complejidad de la comunicación de las ballenas para entender cómo podrían manifestarse señales inteligentes en el universo. Al igual que se estudian entornos extremos en la Tierra para imaginar condiciones en otros planetas, el lenguaje de las ballenas representa una oportunidad única de estudiar la inteligencia no humana que podría tener paralelos en posibles civilizaciones extraterrestres.
Uno de los avances más llamativos fue la conversación acústica con una ballena hembra llamada Twain. En uno de los experimentos, los investigadores reprodujeron grabaciones de cantos de ballena y recibieron respuestas sincronizadas por parte del animal, lo que sugiere un reconocimiento y una adaptación en el diálogo. Aunque el significado profundo de estos intercambios aún no se comprende por completo, observar un patrón conversacional entre humanos y ballenas jorobadas representa un avance en la comprensión de la comunicación animal.
El proyecto considera a las ballenas como ejemplo de cómo podría actuar una inteligencia externa que intenta comunicarse sin compartir lenguaje o referencias culturales con nosotros. Mediante análisis de patrones en las interacciones cetáceo-humanas, WhaleSETI busca mejorar los métodos para detectar señales cósmicas y ampliar los criterios en la búsqueda de vida inteligente fuera de nuestro planeta.
Un misterio aún por descifrar
La interpretación de los anillos de burbujas continúa siendo un reto. La evidencia sugiere que estas formaciones podrían tener un componente lúdico o social, ya que las ballenas jorobadas son conocidas por su sociabilidad, complejidad cognitiva y diversidad acústica. Aunque las burbujas también sirven como herramientas en técnicas de caza y rituales de apareamiento, la producción deliberada de anillos en presencia de humanos sigue siendo una incógnita en la biología marina moderna.
Los científicos recalcan la importancia de estudiar formas de comunicación ajenas a las humanas para ampliar nuestra visión sobre diferentes maneras de inteligencia. Las burbujas, como sistema de señales visuales, son inaccesibles para mamíferos terrestres, y su estudio nos ayuda a imaginar qué formas de inteligencia podrían existir en otros ecosistemas o planetas.
Trabajar con ballenas, ya sea registrando anillos de burbujas o manteniendo intercambios acústicos, refuerza la idea de que la curiosidad y la interacción social son características fundamentales en especies inteligentes. La enigmática conducta de las ballenas jorobadas, que combina sofisticación y una aparente intención de contacto, invita a reflexionar sobre lo que aún queda por descubrir en nuestro océano y en el universo en general.
