- Canarios figuran entre los que menos perciben de media salarial y más horas trabajan en España.
- Emancipación juvenil prácticamente inaccesible: solo el 15,4% logra vivir de forma independiente.
- El coste del transporte aéreo dificulta la movilidad y el reencuentro familiar para quienes residen fuera de las islas.
- Organizaciones sociales y asociaciones reclaman soluciones urgentes a los gobiernos central y autonómico.

La sociedad canaria afronta en estos momentos serios obstáculos tanto en el terreno laboral como en el social. Una sucesión de informes y movimientos asociativos han puesto en evidencia que los ciudadanos del archipiélago experimentan salarios sustancialmente más bajos que la media nacional, jornadas extensas y complicaciones crónicas para desarrollar su propio proyecto vital, incluso teniendo un empleo.
Las estadísticas publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que los trabajadores canarios son los segundos que menos cobran en toda España. En los primeros meses del año, la remuneración media en Canarias fue de 1.872 euros mensuales, lo que significa recibir cerca de 420 euros menos al mes que la media estatal. Esta diferencia supone un 18% menos respecto al promedio nacional, y además, el sueldo en las islas ha experimentado una subida inferior a la del resto del país.
Carga laboral elevada y dificultades para emanciparse

El panorama laboral se complica aún más cuando se observa el número de horas trabajadas. Canarias es una de las comunidades autónomas donde más tiempo se pasa en el puesto de trabajo, con una media de casi 133 horas mensuales, situándose únicamente por detrás de Madrid, Baleares y Castilla-La Mancha. A pesar de esta elevada dedicación, el esfuerzo no repercute de forma significativa en la nómina de los empleados isleños. Además, los datos reflejan que en las islas también se acumulan numerosas horas no trabajadas —por vacaciones o bajas—, cifra que se sitúa por encima de la media nacional.
Esta situación influye de manera decisiva en los jóvenes, quienes se encuentran en una situación casi insostenible al intentar emanciparse. Según el Consejo de la Juventud de Canarias, apenas un 15,4% de los menores de 30 años logra independizarse. Entre las razones destacan los bajos sueldos, la escasez de oferta laboral y la diferencia de poder adquisitivo respecto a otros colectivos residentes en las islas, como muchos jóvenes europeos. El informe alerta de que tres de cada cuatro jóvenes empleados no pueden permitirse abandonar el hogar familiar, pues requerirían ahorrar íntegramente su salario durante varios años para poder optar a una vivienda.
El efecto es especialmente acusado en la provincia de Las Palmas (con un 9% de emancipación) frente a la de Santa Cruz de Tenerife (22,27%), lo que se atribuye en parte al peso de los centros universitarios y a la disponibilidad desigual de pisos en alquiler o compraventa.
Movilidad limitada por los altos precios del transporte aéreo
La movilidad de los canarios, tanto para los que residen en el archipiélago como para quienes están en la Península o el extranjero, constituye otro reto que agrava la sensación de aislamiento. Desde la asociación Canarios Sin Alas se denuncia la decisión de la Comisión Europea de no regular los precios de los billetes de avión que conectan las islas con el resto del país. Según el colectivo, hay rutas como Lanzarote-Madrid o Menorca-Barcelona que, aunque están operadas por varias aerolíneas, presentan precios difíciles de asumir para muchas familias canarias, especialmente en fechas clave como vacaciones o emergencias familiares.
Canarios Sin Alas subraya que el coste de un vuelo puede superar fácilmente los 500 euros si se adquiere con poca antelación, y que en ocasiones urgentes —como acudir a un entierro o visitar a familiares enfermos— los precios rozan los 700 euros. También critican que las bonificaciones actuales dejan fuera a descendientes, emigrantes canarios y familiares que viven fuera de las islas, lo que provoca una clara discriminación y obstaculiza el derecho a mantener vínculos familiares.
Ante este panorama, la asociación reclama a las instituciones españolas y europeas medidas que contemplen la especificidad insular. Entre sus demandas figuran la modificación del reglamento europeo para permitir topes específicos en rutas de especial sensibilidad social y la ampliación de bonificaciones a más colectivos relacionados con Canarias.
Repercusiones sociales y reclamos a las autoridades
Frente a esta combinación de salarios bajos, dificultades de emancipación y problemas de movilidad, organizaciones sociales y colectivos juveniles exigen respuestas urgentes. Los portavoces insisten en la necesidad de abordar este conjunto de retos con políticas públicas que incluyan el fomento de empleo de calidad, el acceso a la vivienda y la igualdad de oportunidades en el acceso al transporte para todos los residentes y sus familias.
El Consejo de la Juventud de Canarias ha pedido que los futuros informes oficiales incluyan apartados específicos dedicados a la emancipación y a la creación de oportunidades para los jóvenes, resaltando la urgencia de actuar en el mercado laboral y en la política de vivienda. Por su parte, asociaciones como Canarios Sin Alas reclaman coraje político y soluciones adaptadas al territorio insular, poniendo el foco en la cohesión territorial real y en facilitar el reencuentro familiar.
Las cifras y testimonios recabados muestran cómo la distancia geográfica, unida a las condiciones económicas y laborales, coloca a gran parte de la población canaria en una situación de desventaja respecto al resto del país. La demanda unánime es clara: se requieren cambios estructurales que permitan a los canarios acceder a un presente digno y a un futuro con mayores oportunidades.