- La CAR implementa un plan de erradicación controlada del caracol gigante africano en diez municipios clave.
- Se entregan kits especializados y se realizan capacitaciones técnicas a las comunidades.
- El caracol representa riesgos ecológicos y para la salud pública, por lo que la manipulación debe hacerse solo por personal capacitado.
- La colaboración ciudadana y la información son clave para contener la expansión de esta especie invasora.
El caracol gigante africano se ha convertido en uno de los desafíos más importantes para las autoridades ambientales en Cundinamarca. Su rápida proliferación, asociada en gran parte a la intensificación de las lluvias, ha puesto en alerta tanto a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) como a las comunidades rurales y urbanas, ante los riesgos que supone para los ecosistemas y la salud pública.
La propagación de esta especie invasora ha obligado a reforzar las medidas de control y sensibilización en varios municipios de la región. Achatina fulica, originario de África oriental, es una de las 100 plagas más peligrosas del mundo debido a su capacidad de adaptarse y reproducirse en distintos ambientes, desplazando especies nativas y actuando como vector de diversos agentes patógenos.
Control y formación comunitaria en la estrategia de la CAR
La CAR ha puesto en marcha un plan de erradicación controlada en diez municipios con mayor incidencia de la plaga: La Mesa, Anapoima, Apulo, Ricaurte, Girardot, Guataquí, San Juan de Río Seco, Puerto Salgar, Guaduas y Villeta. En estos lugares se están entregando kits de manejo que contienen sal refinada, cal hidratada, un balde blanco, bolsas especiales, tapabocas desechables, guantes de nitrilo y una pala redonda. Estos materiales facilitan la recolección y disposición adecuada de los ejemplares, evitando así el contacto directo y los riesgos asociados.
El plan también contempla jornadas de capacitación y socialización técnica para la comunidad. Los profesionales de la CAR instruyen a los habitantes sobre el ciclo biológico del caracol, los peligros de su manipulación y los procedimientos correctos para su recolección y gestión. La intención es crear una conciencia colectiva sobre la importancia de reportar cualquier avistamiento y no manipular los moluscos sin el equipo y la orientación adecuada.
Características y riesgos del caracol gigante africano
Este molusco destaca por su tamaño y capacidad de adaptación: puede llegar a medir entre 15 y 20 centímetros de largo y hasta 10 centímetros de diámetro. Su concha es alargada y cónica, con entre 7 y 9 espirales y bandas de color marrón oscuro y claras o amarillentas. Es hermafrodita, y puede reproducirse a partir de los cinco meses de edad, llegando a poner cientos de huevos por ciclo reproductivo, lo que favorece su rápida expansión.
El caracol gigante africano representa una amenaza tanto ecológica como sanitaria. Se alimenta de una amplia variedad de plantas, cortezas y materia orgánica en descomposición, e incluso puede ocasionar daños en infraestructuras al ingerir elementos inorgánicos como pintura o cemento. Su presencia altera el equilibrio de los ecosistemas al desplazar especies nativas y modificar la vegetación local.
Además, genera riesgos para la salud humana, ya que puede ser portador de parásitos peligrosos, como nematodos que pueden causar enfermedades graves, entre ellas meningoencefalitis eosinofílica y otros trastornos neurológicos o intestinales. Por ello, las autoridades enfatizan en la importancia de evitar el contacto directo y seguir las medidas de prevención estrictamente.
Implicaciones sociales y recomendaciones de las autoridades
La colaboración ciudadana es fundamental para las acciones de control. Técnicos de la CAR y autoridades ambientales de los municipios afectados recomiendan no tocar ni manipular estos moluscos sin la protección y orientación adecuadas. Cualquier avistamiento debe ser reportado inmediatamente para que las entidades puedan actuar rápidamente y evitar la proliferación.
La sensibilización y la información constante son clave para frenar el avance de esta especie invasora. Las campañas comunitarias en zonas rurales y urbanas fortalecen la prevención y fomentan una cultura de manejo ambiental responsable, fundamental para proteger la biodiversidad y la salud pública. Se recuerda que la manipulación indebida puede conllevar riesgos importantes, y que los kits proporcionados por la CAR están diseñados para minimizar estos peligros.
Gracias a la coordinación entre la CAR, los gobiernos locales y la participación activa de la ciudadanía, se están logrando avances en la contención de la expansión del caracol gigante africano en Cundinamarca. La vigilancia constante y el compromiso colectivo son necesarios para proteger tanto el entorno como a las personas frente a esta especie invasora.