- Una manada de unos 20 ciervos cruzó el acceso del Aeropuerto Teniente Luis Candelaria.
- El encuentro quedó registrado en video y se viralizó en redes sociales.
- Se sospecha que los ejemplares eran ciervos colorados, especie introducida en la región.
- El episodio reabre el debate sobre la presencia de fauna silvestre en áreas urbanas y la seguridad vial.
Un episodio poco común sacudió la rutina habitual del aeropuerto de Bariloche en plena noche del viernes. Un conductor que se dirigía a tomar un vuelo fue testigo y protagonista de una escena inesperada al encontrarse de frente con una manada de ciervos ocupando la carretera de ingreso al predio aeroportuario. El acontecimiento, que fue grabado y difundido rápidamente, llamó la atención en toda la ciudad y en internet.
Muchos vecinos se mostraron intrigados por el suceso, principalmente por la cantidad de animales y la cercanía con las instalaciones aeroportuarias. Las imágenes registradas por el propio conductor muestran cómo alrededor de veinte ciervos permanecieron inmóviles y, tras unos instantes, decidieron abandonar el asfalto y perderse en dirección al bosque, dejando boquiabiertos a quienes presenciaron la situación.
Un fenómeno que no deja de sorprender
La escena se desarrolló concretamente en la curva de acceso al estacionamiento del Aeropuerto Internacional Teniente Luis Candelaria, uno de los puntos de mayor circulación de vehículos durante los horarios de salida y llegada de vuelos. A pesar de lo singular del hecho, no se registraron incidentes ni daños materiales ni personales, ya que el conductor atinó a detenerse a tiempo hasta que los animales desaparecieron.
Según relató el testigo, los ciervos se detuvieron frente al coche, observaron unos segundos en silencio y luego huyeron coordinadamente, como si fueran protagonistas de una película documental. La anécdota, rápidamente compartida a través de redes sociales y medios locales, generó un intenso debate entre los ciudadanos de Bariloche.
¿Qué tipo de ciervos frecuentan los alrededores?
En la región de Bariloche es posible ver varias especies de ciervos, tanto nativos como introducidos. Entre los autóctonos se destaca el huemul (Hippocamelus bisulcus), símbolo de la fauna andina pero poco frecuente en zonas urbanas. No obstante, los especialistas apuntan que por cantidad y comportamiento se trataba de ciervos colorados, una especie europea que fue traída a Sudamérica y se adaptó perfectamente a la vida en zonas de estepa y también en ambientes más humanizados.
El ciervo colorado, también conocido como ciervo rojo, ha ido expandiendo su presencia hacia los barrios periféricos e incluso áreas más cercanas al núcleo urbano en los últimos años. Esta expansión ha generado preocupación en ambientalistas y científicos, no solo por su efecto sobre los ecosistemas nativos, sino también por los potenciales riesgos de accidentes en rutas y accesos, donde no es raro verlos cruzar de improviso.
Desafíos para la convivencia humana con la fauna silvestre
El episodio en el aeropuerto puso de manifiesto la necesidad de revisar los protocolos de manejo y control de fauna silvestre en espacios de tránsito intenso e infraestructura clave como los aeropuertos. Para algunos vecinos, el suceso tuvo un tono simpático y hasta emocionante, pero las autoridades y organizaciones ambientales recalcan los riesgos asociados a la interacción frecuente entre animales silvestres y personas.
No se ha emitido aún ningún comunicado oficial respecto a medidas específicas, pero se destaca la importancia de implementar políticas públicas que apunten tanto a la conservación de la biodiversidad como a la seguridad vial. La situación evidencia cómo el avance urbano y la presión sobre los hábitats naturales pueden generar encuentros cada vez más frecuentes con especies silvestres, lo que requiere respuestas innovadoras y coordinadas.
La presencia de una gran cantidad de ciervos en el acceso aeroportuario barilochense ha generado sorpresa y reflexión acerca de cómo la naturaleza continúa adaptándose a los espacios urbanos. Con el fenómeno viralizado, se plantean tanto la admiración por lo inesperado como el reto de mantener una convivencia responsable con la fauna nativa y exótica que comparte nuestro entorno.