- Incrementan los ataques de cocodrilos en Mozambique e Indonesia, con consecuencias fatales.
- La escasez de agua segura obliga a comunidades a acercarse a zonas peligrosas.
- Impulsan medidas de prevención y cooperación internacional para reducir los riesgos.
- El cambio climático y la destrucción de hábitats aumentan la frecuencia de estos incidentes.

Durante los últimos meses, distintos puntos del planeta han sido testigos de una preocupante escalada de ataques de cocodrilos que han cobrado la vida de numerosas personas. Tanto en África como en el sudeste asiático, la proximidad entre comunidades humanas y hábitats de cocodrilos se ha convertido en una combinación de alto riesgo, especialmente en situaciones de carencia de infraestructuras básicas o tras fenómenos meteorológicos extremos.
En algunos municipios remotos de Mozambique, la falta de abastecimiento de agua potable obliga a los habitantes a adentrarse hasta el río Zambeze, donde los cocodrilos acechan. En solo un año, el municipio de Nhamayábue, situado en la ribera del Zambeze, ha registrado 22 muertes causadas por estos reptiles. Esta situación ha movilizado esfuerzos internacionales y locales con el objetivo de diseñar soluciones que minimicen los riesgos a los que se enfrentan diariamente las personas que viven en estas zonas.
Medidas de prevención tras los ataques en Mozambique

Ante la gravedad de los ataques de cocodrilo en la provincia mozambiqueña de Tete, diferentes organismos han decidido colaborar activamente. El Concello de Nigrán, en España, ha destinado recursos económicos para instalar un sistema de bombeo de agua y construir una valla protectora alrededor de los puntos de acceso al río. Estos fondos —más de 10.000 euros en total— permitirán la instalación de tanques y una empalizada anticocodrilos, facilitando a los vecinos un suministro de agua libre de amenazas.
Según los responsables municipales, la llegada de agua a villas comunitarias y la creación de zonas seguras para el aseo y la recogida de agua debería disminuir drásticamente la exposición de la población a los ataques de estos reptiles. Proyectos similares ya se habían intentado en la región con la construcción de pozos, aunque factores como la salinidad del agua y los daños ocasionados por los ciclones limitaron su efectividad, lo que ha hecho que la intervención actual sea considerada prioritaria.
Tragedias recientes en Indonesia: el conflicto hombre-cocodrilo se agrava

En Mamuju, Indonesia, los ataques de cocodrilo también han captado la atención internacional después de que una joven embarazada fuera víctima de uno de estos reptiles. La mujer, identificada como Munirah, fue sorprendida por un cocodrilo que irrumpió en su vivienda tras las inundaciones por fuertes lluvias y la crecida del río Mambulu. Pese a los desesperados intentos de su hermana por salvarla, el animal la arrastró hacia el agua y horas después su cuerpo fue hallado sin vida.
El suceso ha causado gran conmoción local y alarma entre las comunidades ribereñas, que temen que las inundaciones y la alteración del hábitat incrementen estas situaciones. Los expertos apuntan a que el cambio climático y la ocupación humana de los márgenes de los ríos están modificando los patrones de comportamiento de los cocodrilos, haciéndolos más propensos a acercarse a las viviendas y asentamientos humanos.
Factores que favorecen los ataques y respuestas institucionales
En países como Indonesia, donde se calcula que ocurren anualmente cerca de 150 ataques de cocodrilos con resultados fatales en la mitad de los casos, la preocupación va en aumento. La deterioración de los ecosistemas fluviales por actividades como la minería ilegal y la sobreexplotación pesquera ha reducido la disponibilidad de alimento natural para los cocodrilos, obligándolos a buscar alternativas cerca de la gente.
Tras los últimos incidentes, las autoridades indonesias han anunciado que reforzarán las medidas de control y sensibilización, poniendo en marcha protocolos de alerta ante el avistamiento de cocodrilos y campañas para informar a la población sobre los riesgos y la forma de actuar en caso de encontrarse con uno de estos animales cerca de sus hogares.
El desafío global de convivir con grandes depredadores
La convivencia entre cocodrilos y seres humanos plantea un reto de gran complejidad en distintos lugares del planeta. Factores como el crecimiento demográfico, la insuficiencia de infraestructuras y los impactos del cambio climático obligan a buscar soluciones integradas que incluyan tanto infraestructuras seguras como la educación y la protección de los ecosistemas.
En diferentes comunidades se está viendo la importancia de combinar el acceso seguro al agua potable, la construcción de barreras físicas y la monitorización ambiental, sin olvidar la necesidad de conservar el equilibrio ecológico de los ríos y humedales donde los cocodrilos desempeñan un papel esencial en la cadena trófica.
Las recientes tragedias en Mozambique e Indonesia evidencian que el riesgo de ataques de cocodrilo es real y creciente, sobre todo en contextos donde la presión humana y los cambios ambientales alteran los hábitos de la fauna salvaje. La cooperación internacional, la innovación tecnológica y la conciencia ciudadana son la clave para lograr una coexistencia menos peligrosa y más respetuosa entre personas y grandes depredadores acuáticos.
