- La sobrepoblación del conejo está generando graves pérdidas económicas en agricultura.
- ASAJA y otras entidades reclaman la caza sin restricciones durante todo el año en regiones como Castilla-La Mancha.
- Se han autorizado controles excepcionales en Andalucía y Comunidad Valenciana con normas y límites específicos.
- Las estrategias incluyen tanto la caza como métodos complementarios para proteger los cultivos y reestablecer el equilibrio.
El sector agrícola español atraviesa momentos complicados por el incremento de la población de conejo silvestre. Agricultores y organizaciones han elevado sus voces ante las pérdidas que sufren las explotaciones, especialmente en comunidades como Castilla-La Mancha, Andalucía y la Comunidad Valenciana. Los daños están afectando desde cultivos de cereal y hortalizas hasta sistemas de riego y plantaciones jóvenes, llegando en algunos casos a poner en riesgo la viabilidad de numerosas explotaciones.
Las medidas implementadas hasta la fecha se consideran insuficientes por parte de colectivos agrarios, que denuncian la ineficacia de planes y restricciones estacionales. En respuesta, tanto autoridades como organizaciones profesionales, como ASAJA, reclaman un enfoque más firme y permanente que permita controlar la sobrepoblación de conejos y limitar los perjuicios en el campo.
Solicitudes para la caza durante todo el año en Castilla-La Mancha
ASAJA Castilla-La Mancha ha solicitado a la Junta la autorización para cazar conejos los 365 días del año, aludiendo a la ineficacia reiterada de las medidas tomadas hasta el momento. Tras analizar el impacto en los cultivos durante una reunión del Comité Ejecutivo Regional en Toledo, la organización subrayó la necesidad de eliminar cualquier restricción temporal o metodológica. Consideran que la persistencia en los controles es clave y que, si solo se aplican medidas puntuales, el problema se agrava cada temporada.
Entre las propuestas destacan habilitar métodos de captura sin limitaciones, como el uso de hurones, escopetas o cetrería, tanto en terrenos cinegéticos como no cinegéticos, y permitir actuar incluso en espacios de dominio público o zonas especialmente protegidas si es necesario. Según ASAJA, la fórmula para afrontar la crisis es similar a la adoptada con otras especies en expansión, como el jabalí.
Al margen de la caza, la organización defiende implementar medidas adicionales para frenar la expansión: instalación de vallados y protectores, eliminación de refugios tradicionales (majanas y ruinas), e incluso la exploración controlada de técnicas químicas o neurológicas enfocadas a reducir la fertilidad, siempre dentro del respeto a la normativa vigente.
Medidas excepcionales en Andalucía: declaración de emergencia cinegética
Paralelamente, Andalucía ha declarado el estado de emergencia cinegética del conejo en 136 municipios de cuatro provincias (Granada, Jaén, Málaga y Sevilla), permitiendo actuaciones excepcionales durante toda la temporada 2025/2026. El objetivo es reducir la presión sobre las explotaciones agrícolas ante una densidad de conejos que pone en jaque la sostenibilidad del medio rural.
Las estrategias autorizadas incluyen la captura en vivo con hurones y redes, el uso de armas de fuego en fechas y horarios limitados, y la cetrería sin restricciones de tipo de ave rapaz. Para el uso de armas de fuego, hay una limitación de jornadas y de número de cazadores por superficie para evitar la sobreexplotación de recursos cinegéticos. Además, los titulares de los cotos deben comunicar previamente las actuaciones y detallar métodos y participantes. Los resultados de cada campaña quedarán reflejados en una memoria anual para evaluar el impacto y ajustar próximas decisiones regulatorias.
De forma complementaria, se permite el autoconsumo de los ejemplares capturados, así como su reubicación dentro del mismo coto o, con autorización, trasladarlos a otros terrenos, cumpliendo con las exigencias sanitarias y de trazabilidad.
Intervención en la Comunidad Valenciana: ejemplo de Nules
El municipio de Nules, en la provincia de Castellón, también ha recibido luz verde para la caza específica del conejo tras solicitar a la Generalitat medidas contra la plaga. Durante varias semanas, agricultores y autoridades locales han advertido sobre los daños, que afectan tanto a cítricos como a huertas. La autorización es válida por un periodo concreto y solo para las partidas agrarias que acrediten la existencia de daños, debiendo los agricultores presentar la documentación correspondiente para actuar legalmente.
En el plan aprobado, pueden emplearse distintas modalidades, como la caza al salto, la espera, el uso de arco, cetrería y hurones, siempre bajo la supervisión del titular del coto y respetando la normativa. Se exige el control de capturas y la autorización nominal de cada cazador, con la posibilidad de sanciones si se incumple alguno de los requisitos impuestos por las administraciones. Las pérdidas provocadas por el conejo han alcanzado cifras considerables, con casos de agricultores que han perdido miles de kilos de melón y otros cultivos. Las autoridades insisten en que estas medidas son puntuales y están orientadas a frenar la expansión de la plaga antes de que la situación empeore aún más.
Debate sobre la gestión y la necesidad de actuaciones coordinadas
La dispersión de competencias entre administraciones y la falta de una normativa común han sido identificadas por organizaciones agrarias como uno de los principales obstáculos para aplicar soluciones eficaces. ASAJA y otros colectivos piden que una única autoridad asuma la gestión del conflicto y que se legisle con claridad para dotar a los agricultores de mecanismos de defensa frente a la sobrepoblación. Las condiciones climáticas recientes, junto al abandono de parcelas y la escasez de depredadores naturales, han favorecido el auge de esta especie en muchas zonas rurales.
Además, los representantes agrarios reclaman que la problemática del conejo deje de tratarse solo como un «asunto cinegético» y se vea como un desafío estructural para la agricultura del país. Insisten en que, si no se actúa con rapidez y decisión, los daños económicos y sociales pueden agravarse, llevando al cierre de explotaciones y al deterioro del medio rural.
La proliferación del conejo silvestre requiere controles cinegéticos efectivos, herramientas preventivas y una gestión institucional clara. Las distintas regiones adoptan medidas que varían según la gravedad de la situación y los cultivos afectados, pero todas coinciden en la importancia de implementar soluciones equilibradas.
