Camarones limpiadores de arrecife: guía completa del Lysmata amboinensis

Última actualización: 2 noviembre 2025
  • El camarón limpiador Lysmata amboinensis mantiene a raya parásitos y mejora la salud del arrecife mediante estaciones de limpieza.
  • Identificación clara: cuerpo naranja, franja roja dorsal con línea blanca superpuesta, antenas largas blancas y puntos caudales.
  • En acuario: 24–28 ºC, salinidad 1.020–1.025, pH 8,1–8,4, goteo de aclimatación y evitar cobre y nitratos altos.
  • Hermafrodita simultáneo: necesita pareja, huevos verdes, larvas planctónicas y mudas regulares para crecer.

Camarones limpiadores de arrecife

En los arrecifes tropicales hay un pequeño invertebrado que se gana la vida a base de higiene: el camarón limpiador del arrecife, con el icónico Lysmata amboinensis como protagonista. Este crustáceo no solo pone color al acuario y al arrecife, también presta un «servicio de limpieza» a peces de todo tipo, retirando parásitos, tejido muerto y restos de comida con una precisión quirúrgica.

La escena es conocida por buceadores y acuaristas de medio mundo: peces que se detienen junto a una oquedad o una roca y, acto seguido, se dejan atender por estos camarones que, sin miedo, llegan a introducirse en la boca y en la cavidad branquial de sus clientes. Esta relación mutualista es clave para la salud del ecosistema, y en el caso de L. amboinensis, además, resulta ideal para acuarios marinos bien cuidados.

¿Quién es Lysmata amboinensis y por qué destaca?

El llamado camarón limpiador del Pacífico o del Norte responde al nombre científico Lysmata amboinensis y pertenece a la familia Lysmatidae (orden Decapoda). Es omnívoro y basa su dieta tanto en detritos y restos orgánicos como en parásitos y bacterias que retira de la superficie de los peces. En su medio natural y en cautividad presta una función de higiene que, en la práctica, reduce la carga parasitaria y favorece el bienestar general de la comunidad.

En adultos suele medir alrededor de 4–5 cm, con registros de ejemplares que alcanzan hasta los 6 cm de longitud. El cuerpo es anaranjado y luce una banda roja longitudinal en el dorso sobre la que se superpone una franja blanca más estrecha. En la cola aparecen puntos blancos característicos, y llaman especialmente la atención sus tres pares de antenas largas y blancas, junto a las pinzas anteriores finas y claras.

Un detalle muy distintivo es que la línea blanca de la espalda roja se interrumpe al inicio del telson. Ese patrón, combinado con las antenas y los puntos caudales, hace que la identificación sea muy fiable incluso a cierta distancia, de modo que los buceadores y acuaristas pueden reconocerlo de un vistazo y distinguirlo frente a otras especies del género Lysmata.

Función ecológica: estaciones de limpieza y mutualismo

En arrecifes sanos existen auténticas «estaciones de limpieza» donde peces con parásitos acuden de forma activa a ser atendidos por camarones y peces limpiadores. Allí, especies como L. amboinensis trabajan sin descanso, entrando incluso en la boca y las agallas sin ser depredados. Este comportamiento mutualista brinda alimento a los limpiadores y alivio sanitario a los peces.

Se ha observado que, cuando faltan estos limpiadores, el ecosistema se resiente: algunos estudios documentan que los peces migran a zonas con mayor abundancia de limpiadores y, en los que permanecen, se detectan más infecciones por hongos y parásitos. Cuantos más organismos limpiadores hay, más robusta es la salud del arrecife.

No todo es estático: en el Caribe, por ejemplo, se ha descrito que los clientes habituales cambian con la temporada. Durante la estación seca, los peces loro suelen ser los más frecuentes en estas estaciones, mientras que en épocas de viento dominan los peces cirujano. Esta dinámica refleja la flexibilidad del servicio de limpieza según la composición del arrecife.

Y no solo actúan camarones: existe una amplia comunidad de limpiadores que incluye peces tan conocidos como Labroides dimidiatus, el lábrido limpiador por excelencia. De hecho, si alguna vez has sentido un ligero «pellizco» buceando con piernas descubiertas, es probable que fuese obra de un limpiador curioso tanteando tu piel.

Distribución y hábitat de Lysmata amboinensis

L. amboinensis está ampliamente distribuido en el Mar Rojo y en aguas tropicales del Índico y Pacífico, especialmente en zonas próximas a arrecifes de coral y ambientes rocosos. Es típico encontrarlo por debajo del nivel de la bajamar y en las pendientes exteriores de los arrecifes, con preferencia por cuevas, grietas y hasta pecios, lugares que le proporcionan refugio y un punto fijo donde ofrecer sus servicios.

Respecto a la profundidad, suele observarse entre 8 y 25 m, aunque hay citas a poca agua y también más abajo, en un rango aproximado que puede ir de 1 a 30 m según el enclave y la estructura del arrecife. En muchas localizaciones vive en pareja y, cuando la oferta de clientes es alta, llega a agruparse en colonias que superan con creces la decena de individuos, con reportes de grupos numerosos de hasta un centenar.

Alimentación: qué come realmente

Como omnívoro oportunista, L. amboinensis se nutre de parásitos, detritos y restos orgánicos, además de microfauna asociada al sustrato y a las rocas. En el acuario consume con gusto mysis, artemia, alimento seco y hasta macroalgas, y no desaprovecha copépodos, zooplancton u otros restos que encuentre en el entorno.

Para mantenerlo activo y bien nutrido en cautividad, conviene ofrecer una dieta variada, alternando alimento congelado y comercial para invertebrados con pequeñas raciones que no comprometan la calidad del agua. Esa variedad imita su patrón natural de forrajeo y favorece un crecimiento y muda saludables.

Muda y longevidad

Como buen decápodo, este camarón crece mediante mudas periódicas. Normalmente muda cada 3 a 8 semanas, y en condiciones estables su esperanza de vida ronda los 3 años. El acceso a calcio e yodo en parámetros adecuados le permite formar un exoesqueleto íntegro y resistente tras cada muda.

Reproducción y hermafroditismo

Las gambas limpiadoras del género Lysmata, incluida L. amboinensis, son hermafroditas simultáneas: poseen órganos masculinos y femeninos. Aun así, la reproducción requiere al menos dos individuos, ya que no se autofertilizan. Suele ser el ejemplar de mayor tamaño el que desempeña el rol femenino durante el ciclo reproductivo.

El apareamiento se produce justo después de la muda del individuo que actúa como hembra. El compañero monta y deposita el esperma en el receptáculo correspondiente; luego, la hembra puede almacenarlo durante meses antes de proceder a la fecundación. Los huevos, de color verde intenso, se alojan bajo el abdomen y eclosionan de noche.

Tras la eclosión, las larvas pasan a formar parte del plancton. Después de varias mudas larvarias, se asientan en el fondo y adoptan la morfología juvenil hasta completar el ciclo. Este patrón explica por qué en acuarios comunitarios, aunque no siempre sea sencillo criar las larvas, de vez en cuando pueden aparecer juveniles si el sistema es estable y hay alimento suficiente.

Identificación detallada: así lo reconocerás

El esquema cromático es inconfundible: cuerpo naranja, una banda roja dorsal y, superpuesta, una franja blanca central más estrecha. La línea blanca se interrumpe al principio del telson, un rasgo útil para no confundirlo con otras especies. En el extremo posterior se aprecian punteados blancos en la cola, mientras que las pinzas anteriores son finas y blanquecinas.

La ornamentación se completa con tres pares de antenas blancas muy largas, que emplea tanto para explorar como para comunicarse con los peces a los que va a atender. Este lenguaje táctil con las antenas es clave: a menudo verifica la disposición del pez a ser limpiado con pequeños toques, evitando así respuestas agresivas.

Parámetros y cuidados en el acuario

En cautividad se considera una especie fácil de mantener siempre que el sistema esté maduro y los parámetros sean estables. Un acuario de al menos 50 litros resulta apropiado para alojar una pareja o un pequeño grupo, especialmente si conviven peces que se beneficien del servicio de limpieza.

La temperatura ideal se sitúa entre 24 y 28 ºC, con una salinidad en el rango de 1.020 a 1.025 y pH de 8,1 a 8,4. Un flujo de agua moderado ayuda a recrear las corrientes suaves de arrecife, mientras que un sustrato arenoso y rocas vivas con cuevas y grietas proporcionan refugios naturales y alimento asociado a la microfauna.

La aclimatación debe hacerse con calma, preferentemente mediante goteo durante al menos una hora. Es muy sensible a cambios bruscos de densidad y pH, y no tolera medicamentos que contengan cobre ni niveles elevados de nitratos. Mantener calcio e yodo en los niveles adecuados es esencial para garantizar mudas correctas y un caparazón fuerte.

Conviene alimentarlo a diario con raciones pequeñas de mysis, artemia y alimento específico para invertebrados, sin olvidar alternar con preparados secos y algún aporte vegetal. En sistemas bien abastecidos, parte de su dieta provendrá de restos que encuentra en el propio acuario.

Comportamiento y compatibilidad

Se trata de un camarón pacífico y social que puede mantenerse en grupo, conviviendo con congéneres y peces de mayor tamaño que actúen como potenciales clientes. Es especialmente útil con peces como cirujanos, ángeles o payasos, que suelen aceptar con facilidad la limpieza.

Aunque no es agresivo, hay que evitar compañeros que puedan verlo como presa. En general, con peces pacíficos se comporta de forma ejemplar y desarrolla su actividad de limpieza con normalidad. Su carácter es confiado, y no es raro que interactúe incluso con manos humanas durante tareas de mantenimiento.

Otras especies de camarones limpiadores y distribución asociada

El género Lysmata es amplio. Junto a L. amboinensis destacan especies como Lysmata seticaudata y Lysmata wurdemanni, con tamaños y coloraciones comparables en algunos casos, y Lysmata debelius, además de Lysmata grabhami, célebre en el Atlántico oriental. En ciertas costas del Golfo de Bengala se ha documentado la presencia de camarones del género con rasgos de tamaño y color similares a los citados, formando parte del mosaico regional de limpiadores.

Estos camarones comparten buena parte del comportamiento de limpieza, con variaciones locales y de especie. Su coexistencia con peces limpiadores amplía la oferta de servicio higiénico del arrecife, algo que, como se ha visto, repercute en la salud global del ecosistema.

El caso de Canarias: el camarón «Lady Escarlata»

En aguas canarias, el conocido como camarón «Lady Escarlata» (Lysmata grabhami) protagoniza escenas muy similares. Suele vivir en oquedades y, con sus antenas blancas, da pequeños toques a los peces para «pedir permiso» antes de limpiar. No le tiembla el pulso ante clientes grandes y, si hace falta, entra en la boca de morenas de buen tamaño para retirar parásitos y tejido muerto.

La Reserva Marina Isla Graciosa e Islotes del Norte de Lanzarote es un lugar estupendo para observarlo, con registros habituales hasta los 30 m, en zonas de baja luminosidad o cuevas. En esta área también destacan formaciones como los montes submarinos de Gerardia savaglia, un coral con pólipos visibles en sus ramificaciones, que aporta una estructura singular al paisaje sumergido.

El entorno presume de biodiversidad: la morena pintada se deja ver a menudo, y no faltan bancos de peces que aprovechan la menor presión pesquera de la reserva. En el catálogo local brillan endemismos macaronésicos como la fula negra, el pejeperro, el romero y el abade, junto a especies típicas como la vieja, el mero, la salema, la galana, el sargo, el seifío, la cabrilla, el bocinegro, la sama, el roncador, el burrito listado, la briota, el cantarero, el angelote, chuchos, rayas y hasta pez martillo.

Una curiosidad que a veces surge es si se comercializa para consumo humano un camarón que se alimenta de parásitos. La respuesta, en este caso, es clara: no se comercializa como alimento, y su valor radica en su papel ecológico y en el atractivo para buceo y fotografía submarina.

Peces limpiadores: el socio perfecto

Además de los camarones, los peces limpiadores forman el otro pilar del servicio. El lábrido Labroides dimidiatus es el arquetipo de limpiador; hay más de 200 especies de peces que desempeñan este rol y más de 11 especies de camarones con funciones equivalentes. Juntos mantienen a raya parásitos y bacterias, mejorando la condición corporal de los clientes y la estabilidad del sistema.

La conducta de limpieza no es casual ni improvisada: los clientes acuden a las estaciones y adoptan posturas específicas para facilitar el trabajo, mientras que los limpiadores reconocen las señales y modulan su comportamiento. Esta coreografía bien afinada ahorra energía a los peces y minimiza el riesgo de conflictos entre especies.

Consejos prácticos para acuaristas

En el acuario, proporciona escondites con roca viva y evita picos de compuestos nitrogenados. Es preferible un flujo moderado, una iluminación que no sea excesiva en sus refugios y rutinas de alimentación regulares. Si convive con peces nerviosos, deja que se adapte con calma; su comportamiento de limpieza suele imponerse de manera natural al cabo de poco tiempo.

Recuerda que medicamentos con cobre están vetados para invertebrados y que un aporte de yodo medido (propio de sales marinas de calidad o aditivos específicos) ayuda a completar mudas exitosas. Si observas restos de exoesqueleto tras una muda, no te alarmes: muchas veces los camarones consumen parte de esa «cáscara» para recuperar minerales.

Cuándo observarlo y cómo favorecer la limpieza

A primera hora y al atardecer pueden darse picos de actividad. Colocar una base de roca con pequeñas grietas a media altura del acuario crea un «punto de servicio» donde los peces se acercan con confianza. No fuerces las interacciones: los toques con antenas y la postura del pez marcan el inicio, y el camarón realizará su trabajo con movimientos finos y rápidos.

Con sistemas bien mantenidos, verás cómo reduce el picoteo de los peces contra rocas o el rascado por molestias en la piel. Y con suerte, podrás presenciar ese momento siempre espectacular en el que el camarón se interna en la boca del pez, entra y sale sin un rasguño y deja la cavidad limpia como una patena.

Este conjunto de rasgos —coloración inconfundible, conducta de limpieza intrépida, hermafroditismo con reproducción coordinada tras la muda, dieta omnívora flexible y una distribución amplísima— convierten a Lysmata amboinensis en un icono de los acuarios de arrecife y en un aliado esencial para la salud de los ecosistemas coralinos.

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