Escultura Atabey impulsa la siembra de más de 700 corales en Sosúa

Última actualización: 5 octubre 2025
  • La escultura Atabey favorece la siembra de más de 700 corales y la formación de un arrecife artificial en Sosúa.
  • El proyecto aspira a alcanzar 2.500 corales y promueve turismo sostenible vinculado al buceo y a la economía local.
  • La petición de retiro aprobada por el Concejo de Regidores carece de competencia, según el Ministerio de Medio Ambiente.
  • La obra, de materiales seguros, revaloriza la cultura taína y sirve de soporte ecológico y educativo.

Escultura Atabey y restauración de corales en Sosúa

La escultura submarina de Atabey, sumergida en la bahía de Sosúa en 2023, ha posibilitado la siembra de más de 700 corales y la consolidación de un arrecife artificial que actúa como santuario marino vivo. Con esta intervención artística y ecológica se refuerza la protección del litoral, se mitiga la erosión y se recupera la diversidad de especies en la zona, una muestra de restauración coralina.

Impulsada por la Fundación Ecológica Maguá y Global Coralition, la iniciativa fija como meta la siembra de 2.500 corales y, al mismo tiempo, abre puertas a un turismo de buceo responsable que ya empieza a dinamizar la economía local. Las organizaciones subrayan que la obra se integra en una estrategia de restauración coralina y educación ambiental con fuerte participación comunitaria.

Arte, ciencia y comunidad en un mismo proyecto

Arrecife artificial y proyecto coralino en Sosúa

Desde el inicio, las entidades responsables han defendido que Atabey no es un objeto de culto, sino un soporte ecológico y cultural avalado por las autoridades competentes. La pieza sirve como plataforma para restaurar corales, promover la educación ambiental y fortalecer un modelo de turismo sostenible vinculado al mar de Sosúa.

Además de su función ecológica, el proyecto revaloriza la identidad taína y refuerza el sentido de pertenencia entre vecinos y visitantes. El simbolismo de Atabey se interpreta como un punto de encuentro entre la memoria cultural y un futuro de conservación marina construido de forma colaborativa.

La estatua fue colocada bajo el agua en marzo de 2023 y alcanza unos 16 pies de altura. Su fabricación en acero y cemento de pH neutro garantiza compatibilidad con el ecosistema frente a amenazas como la acidificación de los océanos, facilitando que la estructura se convierta en refugio de vida marina y soporte físico para la fijación de nuevas colonias de corales.

En la práctica, la intervención funciona como un arrecife artificial que ordena el flujo de corrientes, atenúa el impacto del oleaje y crea microhábitats. Con ello, se observa mayor presencia de peces y otros organismos asociados a fondos saludables, un indicador habitual de mejora del estado del ecosistema.

Impacto ecológico y social

El equipo técnico y la comunidad local destacan beneficios verificables en poco tiempo. Entre los efectos más visibles figuran la recuperación de cobertura coralina, el aumento de biodiversidad bentónica y la llegada de especies que habían perdido terreno por la degradación del hábitat.

  • Protección costera: el arrecife artificial ayuda a disipar energía del oleaje y a reducir la erosión.
  • Hábitat marino: la estructura ofrece sustrato estable para la fijación y crecimiento de corales.
  • Educación y ciencia: el sitio sirve para prácticas, monitoreo y programas de sensibilización.
  • Turismo de buceo: se impulsa una oferta responsable que beneficia a la economía local.

Los promotores remarcan que retirar la escultura supondría perder resultados tangibles ya alcanzados: avance en la restauración, consolidación del arrecife artificial y el incipiente impulso del ecoturismo que está generando ingresos y empleo en la zona.

Debate por el retiro y alcance legal

La discusión pública cobró fuerza tras la aprobación del Concejo de Regidores de Sosúa para retirar la pieza, una iniciativa impulsada por el sacerdote Johnny Espinal Castillo y el pastor Sebero Cordero Capellán, presidente de la Federación de Pastores. La propuesta generó opiniones encontradas en la comunidad.

El Ministerio de Medio Ambiente aclaró posteriormente que el ayuntamiento no tiene competencia para ordenar el retiro de la obra submarina. Con esa precisión, las entidades a cargo insistieron en mantener el foco en los resultados ecológicos y sociales del proyecto y en el valor educativo que ha ido consolidando.

Cronología, liderazgo y objetivos

El proyecto, liderado por Global Coralition y la Fundación Ecológica Maguá con apoyo de instituciones ambientales y la comunidad, fue concebido para integrar arte, ciencia y participación ciudadana en beneficio del mar de Sosúa. La instalación de Atabey en marzo de 2023 marcó el arranque de una fase de restauración coralina que ya muestra avances.

Manuel Rodríguez, presidente de la Fundación Ecológica Maguá, ha señalado que la obra tiende puentes entre patrimonio cultural y futuro sostenible, y que su retirada interrumpiría progresos reales en conservación marina y en el desarrollo turístico de base comunitaria. La hoja de ruta mantiene firme el objetivo de alcanzar 2.500 corales plantados, con monitoreo continuo y formación local.

Con la combinación de un soporte robusto, materiales compatibles con el océano y un plan de siembra escalable, el proyecto de Atabey se consolida como un ejemplo de cómo la República Dominicana puede integrar arte, ciencia y comunidad para proteger su patrimonio marino y, de paso, reforzar la identidad cultural de la región.

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