Quetzalcoatlus

El nombre de Quetzalcoatlus está inspirado en el dios azteca Quetzalcóatl

El Quetzalcoatlus es un género extinto de pterosaurio que vivió en Norteamérica hace 68-66 millones de años, durante el Cretácico superior. Formaba parte de la familia de los azdárquidos, que eran pterosaurios avanzados con un cuello muy largo y rígido y sin dientes. A día de hoy, este dinosaurio es uno de los voladores más grandes que ha existido.

Los primeros fósiles de este animal se hallaron en Texas, México. Ese terreno lo ocupaban antiguamente los aztecas. Por ello e inspirándose en la deidad azteca Quetzalcóatl, bautizaron a este pterosaurio como «Quetzalcoathus». Quetzalcóatl es uno de los dioses más importantes de la cultura mesoamericana y es representado en varias ocasiones como una serpiente con plumas.

Descripción del Quetzalcoatlus

El Quetzalcoatlus tenía un pico agudo y afilado

Inicialmente se pensaba que este gran volador tenía un hocico romo. Esto se debe a que se mezclaron erróneamente restos craneales de otro género de pterosaurio, como podría ser el Tapejaridae, con restos craneales del Quetzalcoatlus. En la actualidad se sabe que su pico era realmente largo, agudo y afilado. Además, poseía una cresta en el cráneo. Sin embargo, no se sabe con exactitud la forma y el tamaño de esta.

Cuando se descubrieron los primeros especímenes, lo científicos pensaban que este pterosaurio podía llegar a tener una envergadura de 15,9 metros. En el año 1981, otros estudios realizados disminuyeron la especulación anterior a 11-12 metros. No obstante, teorías más recientes indican que su envergadura rondaba los 10-11 metros. 

Las especulaciones acerca de la masa de los azdárquidos más grandes son bastante problemáticos, ya que no existen actualmente especies que tengan un tamaño o una forma corporal similar. Por ello, los resultados de los diferentes estudios realizados varían tan ampliamente. Respecto al peso, hay estudios que indican que un individuo de 10 metros pesaba unos 70 kilos. Sin embargo, otros resultados publicados durante la década del 2000 estiman que su peso podía oscilar entre los 200 y 250 kilos.

Vuelo

El Quetzalcoatlus pudo haber sido un pterosaurio no volador

A día de hoy, no se sabe mucho acerca del método de vuelo de los grandes azdárquidos como el Quetzalcoatlus. La forma de volar depende mucho del peso del animal, y éste ha sido un tema muy controvertido. Actualmente se sigue sin saber cuál pudo haber sido el peso de este pterosaurio y las estimaciones de los científicos varían muchísimo entre sí. Algunos expertos creen que su vuelo consistía en un planeo lento, mientras que otros opinan que su vuelo era dinámico y rápido. En el año 2010, el paleontólogo Donald Henderson llegó a la conclusión de que la masa del Quetzalcoatlus era mayor que las estimaciones que se habían hecho hasta entonces. Por ello, estaba convencido de que este pterosaurio no era capaz de realizar un vuelo propulsado. Además, Henderson especuló que este dinosaurio pudo haber sido un pterosaurio no volador.

En el año 1986, Paul MacCready realizó un experimento aerodinámico para averiguar más acerca del vuelo del Quetzalcoatlus. Para conseguir su objetivo, MacCready construyó un ornitóptero, que es un máquina voladora con alas y un sistema sencillo que servía como autopiloto. Este robot consiguió volar perfectamente mediante una combinación de planeos y aleteos. Sin embargo, este modelo creado por Paul MacCready tenía tan sólo la mitad del tamaño real del Quetzalcoatlus. Además, estaba basado en las primeras especulaciones acerca del peso que rondaba los 70 a 80 kilos.

Dieta del Quetzalcoatlus

El Quetzalcoatlus era posiblmenete un depredador terrestre

A lo largo de los años surgieron varias teorías respecto al estilo de vida de este enorme volador. En el año 1975, el paleontólogo Douglas A. Lawson descartó que pudo haber sido piscívoro. En aquella época, el lugar donde se hallaron los restos de este pterosaurio se encontraba a 400 kilómetros de la costa más cercana y no hay indicios de que hubieran grandes ríos o lagos por ahí. Así pues, Lawson sugiere que el Quetzalcoatlus era carroñero, al igual que el actual marabú. Piensa que pudo haberse alimentado de cadáveres de saurópodos gigantes, como el Alamosaurus.

Tiempo después, en el año 1996, la teoría del carroñero fue descartada por Thomas Lehman y Langston. Se dieron cuenta de que la mandíbula inferior de este animal se inclinaba mucho hacia abajo. Así pues, al cerrarse el pico, quedaba un espacio de al menos cinco centímetros entre ambas mandíbulas, cosa que no ocurre en absoluto con los picos de las aves carroñeras. Lehman y Langston sugieren que el Quetzalcoatlus pudo haberse alimentado como los modernos rayadores. Su cuello largo y su pico largo y desdentados eran óptimos para atrapar peces en vuelo.

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A pesar de que este modo de pesca fue aceptado ampliamente, quedó descartado tras investigaciones rigurosas en el año 2007. En aquel entonces, un estudio demostró que los grandes pterosaurios no podían pescar a ras del agua, ya que el costo energético sería demasiado alto por el excesivo roce con el agua.

¿El Quetzalcoatlos era un depredador terrestre?

En el año 2008, dos investigadores llamados Mark Paul Witton y Darren Naish publicaron que, según ellos, los azdárquidos eran depredadores terrestres, parecidos a las actuales cigüeñas. Ambos piensan que pudieron haberse alimentado de pequeños vertebrados. Sostienen su teoría con diferentes hechos: Muchos restos fósiles se hallaron en lugares alejados de grandes zonas de agua. Además, anatómicamente son muy diferentes a otros animales que pescan en vuelo. Y, finalmente, los azdárquidos estaban adaptados a una vida más terrestre, gracias a sus extremidades similares a las de los actuales mamíferos ungulados.

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