- Profepa anuncia inspección integral en La Pastora con foco en Monty.
- Activistas denuncian el aislamiento del elefante de 19 años desde 2019.
- Antecedentes: clausura del zoológico tras el caso de la osa Mina.
- Se revisarán cuidados, instalaciones y cumplimiento de bienestar animal.
El foco mediático vuelve a encenderse sobre el Zoológico La Pastora, en Guadalupe, Nuevo León, después de que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente anunciara una revisión a fondo del estado del elefante Monty. La medida llega en un contexto de creciente escrutinio público sobre el recinto.
Colectivos y activistas han reclamado atención a Monty, un elefante de 19 años que, según denuncias, vive en soledad desde el fallecimiento de su madre en 2019, un escenario que choca con la naturaleza social de los elefantes y que ha intensificado la presión para que intervengan las autoridades ambientales.
Qué investiga Profepa y qué verificará en La Pastora
La autoridad ambiental confirmó que realizará una inspección exhaustiva del zoológico, con especial atención a las condiciones de Monty. El anuncio se produjo tras la difusión de mensajes en redes sociales —entre ellos de la activista Ruth Barrios Fuentes— que denunciaban el aislamiento del ejemplar.
Según adelantó la institución, se verificará que el animal reciba cuidados, alimentación y atención veterinaria adecuados, y que el espacio donde permanece cumpla con los lineamientos de bienestar animal. La revisión abarcará tanto el estado físico como el comportamiento del elefante, así como la idoneidad de sus instalaciones.
Profepa ya había anticipado en semanas previas que evaluaría a detalle el parque. Esta nueva intervención pretende esclarecer si se respetan los estándares para especies con altas necesidades sociales y de estímulo ambiental, como es el caso de los elefantes.
Quién es Monty y por qué preocupa su bienestar
Monty nació en 2006 y es considerado por diversos reportes como el primer elefante africano nacido en cautividad en América Latina. Desde el fallecimiento de su madre, Pancha, en 2019, permanece sin compañía de su especie, situación que los defensores de los animales asocian con estrés físico y emocional.
La ciudadanía subraya que los elefantes requieren interacción constante con congéneres y acceso a espacios amplios que les permitan desplazarse. En ese sentido, se ha pedido a las autoridades que mejoren sus condiciones y actualicen protocolos de manejo acordes a las necesidades de la especie.
En el debate público también han surgido críticas sobre las prioridades de gestión en el entorno del parque, señalando que proyectos aledaños podrían estar recibiendo más atención que la mejora del recinto zoológico y el bienestar de los animales.
Antecedentes y medidas: el caso de la osa Mina y la clausura
Días atrás, Profepa llevó a cabo inspecciones los días 25, 26 y 27 de septiembre, detectando presuntos incumplimientos en materia de trato digno y respetuoso hacia fauna silvestre en el caso de la osa Mina. La autoridad ordenó su traslado a un centro especializado en Hidalgo, al considerar urgente su atención.
En la documentación del ejemplar se identificó leptospirosis y la ausencia de registros de tratamiento, lo que llevó a la clausura temporal de instalaciones para proteger tanto a los animales como a la salud pública, conforme a la LGEEPA y la Ley General de Vida Silvestre.
La procuradora Mariana Boy Tamborrell defendió la urgencia de las medidas y anunció que se intensificarán las inspecciones en zoológicos. Paralelamente, el Consejo Ciudadano de Administración del Parque Fundidora cuestionó la clausura, calificándola de politizada, postura que no altera las verificaciones en curso ni las acciones precautorias de la autoridad ambiental.
En este contexto, el caso de Monty queda bajo lupa para determinar si su manejo, atención clínica y entorno cumplen los requisitos que marca la normativa, y si procede ajustar medidas en favor de su bienestar.
Qué exige el bienestar de un elefante en cautividad
Especialistas en manejo de megafauna coinciden en que el bienestar de un elefante depende de espacio suficiente, estímulos adecuados y vida social. Más allá de la atención veterinaria, se requieren rutinas y recursos que reduzcan el estrés y promuevan conductas naturales.
- Hábitat amplio y variado: áreas para caminar, acceso a agua limpia, sombra, árboles y sustrato adecuado.
- Dieta equilibrada: forraje, frutas, cortezas y suplementos minerales, supervisados por nutrición veterinaria.
- Enriquecimiento ambiental: estímulos diarios (baños de barro, juguetes, forrajeo) que ocupen su tiempo y mente.
- Relación social: interacción con congéneres y manejo que evite el aislamiento prolongado.
- Supervisión clínica continua: revisiones periódicas, especial atención al cuidado de los pies y prevención de infecciones.
Las acciones que defina la autoridad deberán centrarse en garantizar un trato digno y condiciones acordes a la especie. La inspección anunciada por Profepa pretende ofrecer certezas sobre la situación de Monty en La Pastora y, si fuera necesario, ordenar medidas correctivas para asegurar su correcto manejo.
