Tener un gato y que dé a luz gatitos es una experiencia muy bonita. Pero a veces las cosas no salen como uno querría y eso provoca que tengas que hacerte cargo de gatos recién nacidos.
Estos son muy delicados y necesitan una serie de cuidados para sobrevivir las primeras semanas y que todo marcha correctamente, ¿sabes lo que debes hacer? Hoy te vamos a explicar todo sobre el cuidado de los gatos recién nacidos.
Los gatos recién nacidos: cómo son
A pesar de que los gatitos, como los perros, son animales que en cuestión de semanas aprenden a valerse por sí mismos, cuando son recién nacidos necesitan de alguien que los ayude a sobrevivir. Y es que los gatos recién nacidos nacen muy dependientes. Para empezar, nacen ciegos, y hasta que no pasan unas semanas no abren los ojitos. Además, no regulan bien su temperatura, lo que quiere decir que no van a mantener el calor ni el frío, y por ende pueden resfriarse fácilmente.
A eso hay que unirle que están muy débiles y que no pueden caminar ni tampoco moverse mucho de donde están. En definitiva, será un bebé que necesitará la ayuda de su madre o, en caso de que este esté huérfano, el de alguien que lo ayude hasta que pueda valerse por sí mismo.
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¿Y cuánto tiempo será eso? Pues normalmente en 2-3 meses tu gatito ya se defenderá solito, y no necesitará que estés tan pendiente de cumplir con todas sus necesidades. Pero, mientras tanto, sí que te va a necesitar, no solo en la alimentación y la temperatura, sino también en otros aspectos importantes de su día a día.
Por eso, a continuación te vamos a dar una pequeña guía para que sepas lo que tienes que hacer para que los gatos recién nacidos sobrevivan. Ten en cuenta que, como te decimos, son muy delicados y hasta los más experimentados pueden toparse con la desagradable noticia de no poder sacarlo adelante.
Qué cuidados requieren los gatos recién nacidos
Para que los gatos recién nacidos puedan desarrollarse con una mayor probabilidad de llegar a adultos, es necesario que les ofrezcas todos los cuidados que necesitan. En este caso, hablamos de lo siguiente:
Un ambiente tranquilo
Los gatos recién nacidos son como los bebés. Necesitan un lugar tranquilo, donde no los molesten demasiado. Ellos van a dormir mucho. Digamos que su día a día al principio va a ser comer y dormir. Y es por eso que deberías proporcionarlo un lugar donde esté relajado, no se asuste y además se mantenga una temperatura constante.
Te recomendamos que lo pongas en una caja cubierta con algunas mantas o algo similar. ¿Por qué una caja? Pues porque puedes cerrarla (dejando agujeros para que respire, por supuesto) y así mantendrá mejor su temperatura. Además, debes proporcionarle una fuente de calor, porque el animal no es capaz de darse calor ni tampoco de conseguirla de su entorno.
Pero, si ves que es más friolero, lo mejor es que lo lleves pegado a tu cuerpo (piel con piel). Aparte de que así ayudas a que regule su temperatura mucho mejor, también estarás creando un vínculo especial con ese animal.
Una buena alimentación
Hay ocasiones en las que la madre de esos gatos recién nacidos no está, bien porque los ha abandonado, bien porque le ha pasado algo, o simplemente porque no puede ocuparse de sus crías. Por eso, necesitarás proporcionarle una buena cantidad y calidad de nutrientes. Y para ello, la leche para gatos recién nacidos es imprescindible.
De hecho, es importante que los gatos recién nacidos tomen la leche de la madre en las primeras 12 horas, ya que es la que contiene el calostro, una leche que tiene grandes anticuerpos que protegerán al gatito. Pero, ¿qué pasa si no la toma? Pues que puede haber un problema con ello, porque más allá de las 24 horas, los gatos recién nacidos no absorberán esos anticuerpos.
Por eso, si la madre no está, tendrás que darle de comer con un biberón especial y una leche especialmente formulada para gatos recién nacidos. Esta contendrá todos los nutrientes que necesita para tener más posibilidades de que sobreviva. Eso sí, debes saber que los gatos, durante la primera semana, solo toman 13ml de leche por cada 100 gramos de peso. En la segunda semana se incrementa a 17ml; mientras que, en la tercera, tomarán 20ml por cada 100 gramos.
Ha de comer al menos 8 veces al día ya que su sistema digestivo es muy delicado y por eso es mejor que coma poca cantidad pero más seguido, que atiborrarle con mucha leche de una vez.
Conforme pase el tiempo irá ganando peso. Por ejemplo, cuando nacen llegan a pesar 100-120 gramos y cada semana aumentan entre 50 y 100 gramos.
La hora del baño
Después de darles de comer a los gatos recién nacidos, la madre lo que hace es lamer la zona genital para inducirles a orinar o defecar. Bien, no te vamos a decir que hagas lo mismo, pero sí te va a tocar, al menos durante las dos primeras semanas, que cojas un algodón o una toallita húmeda para estimular esa zona con un masaje descendente. Debe ir desde el abdomen hasta la zona anal. Así ayudarás a que el animal haga sus necesidades.
Ejercicio
Durante los primeros días de vida de los gatos recién nacidos el ejercicio no es algo de lo que debas preocuparte. Y es que, como te hemos comentado, lo que hará será dormir y comer. Pero cuando abra los ojos, sí que puede empezar a curiosear. De hecho, se moverá más, estará más horas despierto y seguro que se anima a dar sus primeros pasos y a moverse por sí solo.
A partir de la semana 3 es cuando tu gatito necesita estímulos para desarrollarse, pero también para que haga algo de ejercicio que le ayude a ganar flexibilidad y, sobre todo, destreza.
Normalmente, a los 20-25 días los gatos recién nacidos ya no serán así, sino que se moverán por sí solos y podrían empezar a comer en un plato. En ese momento es cuando debes empezar a variar su alimentación, de leche a pienso para gatitos. Eso sí, no le quites la leche hasta que veas que se alimentan bien por sí solos. De hecho, ellos mismos rechazarán la leche, normalmente a 40-50 días.