La preocupante disminución de las golondrinas en entornos urbanos

Última actualización: 1 agosto 2025
  • Regresión de la población de golondrinas en la Comunidad Valenciana, especialmente en áreas urbanas.
  • Diferentes especies de golondrinas y aviones presentan tendencias de población distintas.
  • Importancia ecológica de las golondrinas por su alimentación insectívora y protección legal.
  • Se implantan iniciativas ciudadanas para favorecer la nidificación y sensibilizar a la población sobre su papel ambiental.

golondrinas en entorno urbano

Si hace tiempo que no ve golondrinas en sus paseos urbanos o ha notado que ya no anidan tan frecuentemente en balcones y terrazas, no se trata de una simple cuestión de memoria. Diversos expertos confirman que, en la Comunidad Valenciana y en especial en la comarca de la Safor, la presencia de estas aves ha descendido notablemente en los últimos años, sobre todo dentro de las ciudades. Este fenómeno, que afecta a una de las aves más emblemáticas de nuestra fauna, tiene múltiples causas asociadas al entorno y al desarrollo urbano.

Las golondrinas, con su vuelo ágil y su papel en el control de insectos, han ocupado durante siglos los mismos lugares año tras año. Sin embargo, los cambios arquitectónicos, la modernización de edificios y la cada vez mayor distancia entre la población y el mundo rural han reducido considerablemente los espacios adecuados para la nidificación de estas aves migratorias.

Diferencias entre las especies urbanas: aviones comunes y golondrina común

El biólogo Jesús Villaplana, especialista en aves y docente universitario, aclara que no todas las especies que encontramos en entornos urbanos están experimentando el mismo declive. Por un lado, el avión común construye sus nidos de barro bajo aleros y suele formar colonias donde se agrupan varios nidos juntos. Este tipo de ave, según los últimos estudios, mantiene una estabilidad poblacional desde hace dos décadas, con ligeras variaciones anuales ligadas a la meteorología. Para conocer más sobre las diferentes especies de aves urbanas, puede consultar nuestro artículo sobre nidos de aves en la ciudad y cómo protegerlos.

Distinto es el caso de la golondrina común, que opta por nidos individuales en el interior de viviendas o en zonas cubiertas y poco accesibles. Esta especie sí muestra una tendencia negativa pronunciada en su población, con una reducción anual superior al 1% entre 2002 y 2021. Las grandes urbes, con edificios altos y menos huecos accesibles, no resultan aptas para su reproducción, por lo que las últimas parejas tienden a buscar refugio en la periferia, zonas de casas bajas o incluso fincas rurales.

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El papel ecológico de las golondrinas: aliadas contra los insectos

Ambas especies citadas gozan de protección legal debido a su valor ecológico. Las golondrinas son grandes aliadas en la lucha contra las plagas, ya que su alimentación se basa casi exclusivamente en insectos voladores como mosquitos y moscas. Este factor es especialmente relevante en un contexto donde algunos insectos, como el mosquito tigre, suponen un desafío para la salud pública. Según los expertos, una sola golondrina puede llegar a cazar hasta mil insectos cada día, contribuyendo así a un equilibrio natural que beneficia tanto a las personas como al ecosistema.

Por este motivo, la destrucción de nidos o cualquier acción perjudicial hacia estas aves puede suponer sanciones económicas, además de estar socialmente mal vista y estar relacionada, en la tradición popular europea, a supersticiones de mala suerte o mal augurio.

Desafíos en el entorno urbano y sensibilización ciudadana

La progresiva urbanización y la pérdida del vínculo con la naturaleza han provocado que cada vez menos personas comprendan la importancia y los beneficios que aportan las golondrinas. El pequeño inconveniente de la suciedad alrededor de sus nidos, provocado por los excrementos, es uno de los motivos que a veces genera rechazo. Sin embargo, soluciones sencillas como instalar una tablilla justo debajo del nido pueden evitar que las heces manchen las fachadas, sin perjudicar a las aves.

Especialistas y ornitólogos coinciden en que es crucial favorecer la tolerancia y la empatía hacia estas especies, especialmente en los ambientes urbanos donde sus molestias son mínimas y sus ventajas superan a los inconvenientes. La labor educativa y la divulgación son fundamentales para revertir la tendencia negativa y fomentar una convivencia armónica.

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Iniciativas locales para la conservación de las golondrinas

Frente a este escenario, algunas administraciones y asociaciones han decidido tomar cartas en el asunto. Un ejemplo es el taller organizado recientemente en Oliva, donde decenas de personas participaron en la creación de nidos artificiales de barro cocido, que luego fueron instalados en distintos puntos estratégicos de la ciudad para animar la llegada y reproducción de golondrinas. Este tipo de iniciativas no solo favorecen la conservación de la especie, sino que también sirven para sensibilizar a la población sobre su relevancia ambiental.

El respeto y la protección de las golondrinas está en manos tanto de las autoridades como de los ciudadanos. Se recomienda denunciar cualquier acto de destrucción de nidos y promover la instalación de nidos artificiales en comunidades y viviendas.

Gracias a las acciones de sensibilización, la colaboración ciudadana y el apoyo de expertos, es posible revertir la regresión de las golondrinas en nuestras ciudades y pueblos, garantizando que estas aves continúen formando parte del paisaje urbano y rural durante mucho tiempo más.