El asombroso transporte cooperativo de las hormigas: inteligencia colectiva y su impacto en la robótica

Última actualización: 20 junio 2025
  • Las hormigas Paratrechina longicornis exhiben comportamiento anticipatorio al transportar alimento en grupo.
  • Mediante feromonas, las hormigas coordinan la limpieza de obstáculos de forma colectiva y eficiente.
  • La inteligencia colectiva de las hormigas podría inspirar avances en robótica y sistemas distribuidos.
  • El estudio demuestra que la compleja logística no requiere conciencia individual, sino interacciones simples.

transporte de hormigas cooperativo en grupo

En el subsuelo y entre piedras aparentemente anodinas ocurre una proeza de organización que ha desconcertado a científicos de todo el mundo. Aunque se les atribuye un comportamiento instintivo y simple, algunas especies de hormigas cuentan con una capacidad para el transporte colectivo de alimento que desafía los límites de la intuición animal. Lejos de actuar de forma caótica, estas diminutas trabajadoras demuestran una coordinación avanzada que podría inspirar a quienes diseñan sistemas inteligentes en la actualidad.

Durante años, el transporte de objetos pesados por parte de las hormigas ha despertado fascinación tanto entre naturalistas como investigadores de robótica. Recientes estudios, centrados en la especie Paratrechina longicornis, han desvelado hasta qué punto estos insectos pueden superar obstáculos y anticiparse a problemas futuros sin la intervención de una mente consciente.

La sorprendente logística del transporte de hormigas

hormigas colaborando para mover objetos

Un equipo internacional de científicos, encabezado por Ehud Fonio del Instituto Weizmann de Ciencias en Israel, ha profundizado en el comportamiento cooperativo de las hormigas “locas” para comprender cómo logran mover grandes trozos de comida en grupo por caminos tan inestables como una pista de obstáculos. El hallazgo principal es que no solo transportan la carga con eficacia, sino que limpian el trayecto anticipadamente, retirando piedras y objetos que dificultarían el paso mucho antes de que la comida llegue a ese punto.

Este comportamiento de limpieza previa ha sido documentado a través de más de 80 experimentos controlados, en los que se emplearon obstáculos artificiales y cebos apetecibles para las hormigas. Los resultados fueron sorprendentes: ejemplares que ni siquiera habían tocado la comida actuaban en equipo para despejar unos 40 a 50 milímetros de trayecto en dirección al nido, llegando una sola hormiga a mover hasta 64 piedras en una actividad completamente sincronizada.

Los ensayos demostraron que la eficiencia del transporte colectivo se reducía drásticamente —hasta dieciocho veces más lento— si el camino no era despejado de cuentas o piedras. Pero si el alimento era lo bastante pequeño para que cada hormiga lo cargara sola, ninguna se molestaba en limpiar el trayecto, lo que sugiere una respuesta específica al contexto.

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El ejemplo de las Paratrechina longicornis muestra que no hace falta una mente consciente ni grandes cerebros para coordinar acciones, adaptarse a situaciones imprevistas y anticipar problemas. Simplemente, la interacción sistemática entre individuos a través de señales simples basta para lograr objetivos colectivos que superan la capacidad individual.

hormigas usando feromonas para transportar comida

Esta estrategia demuestra que la colonia no necesita de líderes ni de una planificación consciente. Cada individuo responde a señales locales simples, pero el efecto conjunto es tan eficiente que parece haber una coordinación deliberada. La “memoria” del grupo queda depositada en el entorno, como marcas químicas que guían el comportamiento de todos.

Implicaciones del transporte de hormigas para la ciencia y la tecnología

colaboración de hormigas en logística

No solo se trata de una curiosidad biológica. El estudio de la logística en hormigas tiene aplicaciones directas en el mundo actual. Gracias a estas observaciones, la robótica y la inteligencia artificial están explorando modelos inspirados en el trabajo colectivo y la distribución de tareas sin líder central. Así, los ingenieros buscan replicar la eficiencia de las hormigas en tareas como la gestión automatizada de almacenes, la organización de enjambres de drones, la exploración espacial y la agricultura inteligente.

El ejemplo de las Paratrechina longicornis muestra que no hace falta una mente consciente ni grandes cerebros para coordinar acciones, adaptarse a situaciones imprevistas y anticipar problemas. Simplemente, la interacción sistemática entre individuos a través de señales simples basta para lograr objetivos colectivos que superan la capacidad individual.