- Las altas temperaturas favorecen la proliferación de mosquitos y garrapatas, peligrosos para perros y gatos.
- El pelaje no siempre es una barrera eficaz; zonas sensibles quedan expuestas.
- Usar productos repelentes y antiparasitarios ayuda a prevenir enfermedades graves.
- La revisión diaria del animal tras paseos permite detectar picaduras o parásitos a tiempo.

Con la llegada del verano y el incremento de las temperaturas, aumenta la exposición de nuestras mascotas a insectos como mosquitos, garrapatas y abejas. Estas especies, además de provocar molestias inmediatas, pueden llegar a transmitir enfermedades de gravedad tanto a animales como a personas. Por ello, es fundamental reforzar las medidas de protección y conocer cómo actuar ante una picadura.
Ni el pelaje más espeso garantiza una defensa total frente a los insectos. Áreas como el abdomen, las orejas, la cara o las ingles, al tener menor densidad de pelo, quedan más expuestas y corren mayor riesgo de sufrir picaduras. Además, los insectos suelen mostrarse más activos al atardecer y en zonas húmedas o con vegetación frondosa, que suelen ser lugares comunes de paseo.
En este contexto, tanto veterinarios como expertos en cuidado animal han comenzado a alertar sobre el repunte anticipado y con más intensidad de garrapatas en diversas zonas de España. Carmen Arteaga, veterinaria, ha advertido que una sola picadura puede ser suficiente para transmitir enfermedades serias como la fiebre de Lyme, la erliquiosis o incluso fiebre hemorrágica Crimea-Congo. Estas afecciones pueden derivar en consecuencias graves, incluso cuando los síntomas iniciales son leves o apenas perceptibles.
Prevención antes del paseo: una rutina clave

Una de las recomendaciones más importantes es aplicar repelentes naturales antes de salir de casa. Algunos productos formulados con activos como aceite de neem o andiroba combinan propiedades antiinflamatorias, calmantes y repelentes, sin resultar agresivos para la piel sensible de perros o gatos.
Además, es conveniente evitar pasear por zonas con vegetación densa durante las horas de mayor actividad de los insectos y procurar el uso de collares o pipetas antiparasitarias recomendadas por profesionales. Aunque algunos prefieren evitar productos químicos en el cuidado de sus mascotas, los especialistas coinciden en que el riesgo de no proteger al animal supera con creces cualquier preocupación sobre estos productos.
Detección temprana y cuidados posteriores
Es igualmente importante revisar al animal después de cada paseo. Comprobar zonas como orejas, patas, ingles o el contorno del hocico puede ayudar a identificar de forma precoz la presencia de picaduras, inflamaciones o incluso parásitos adheridos. Un bulto pequeño o una costra podrían pasar desapercibidos sin una revisión minuciosa.
En caso de detectar una picadura, los especialistas aconsejan lavar suavemente la zona con agua templada y jabón neutro. Si el animal muestra reacciones más severas, como inflamación excesiva, fiebre, apatía o dificultades respiratorias, es esencial acudir al veterinario. Bajo ningún concepto se deben administrar medicamentos humanos sin orientación profesional.
Casos extremos: ataques múltiples de abejas
Algunas situaciones pueden derivar en verdaderas emergencias, como el caso reciente ocurrido en la localidad de Lomas de Holché, donde una perra sufrió un ataque masivo de abejas tras haber sido dejada atada sin protección en una vivienda abandonada. La rápida actuación de bomberos y protección civil evitó un peor desenlace, aunque el animal resultó gravemente afectado.
Los expertos recuerdan que las picaduras múltiples pueden provocar desde reacciones alérgicas graves hasta vómitos, dificultades respiratorias y colapso. Por ello, es fundamental no descuidar a los animales y ofrecerles una protección adecuada contra este tipo de amenazas, especialmente cuando no pueden escapar por sí mismos.
La temporada estival trae consigo numerosos riesgos para las mascotas que pueden prevenirse con atención, sentido común y las herramientas apropiadas. Proteger antes de salir, revisar después del paseo y acudir al especialista ante cualquier duda resulta crucial para garantizar que perros y gatos disfruten del verano sin sorpresas desagradables.