IRTA apuesta por la primera granja de insectos para consumo humano en Constantí

Última actualización: 20 junio 2025
  • El IRTA instalará en Constantí una granja de insectos destinada tanto a la alimentación animal como humana.
  • El proyecto busca desarrollar proteínas alternativas y tecnologías que permitan una producción más sostenible.
  • Se implementarán sistemas de biogás y aprovechamiento del agua, en línea con la economía circular.
  • La inversión supera el millón de euros y se integra en el Plan Estratégico 2024-2027 del IRTA.

granja de insectos

En Constantí, el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) prepara la puesta en marcha de una innovadora granja de insectos cuyo objetivo es dar respuesta tanto a las necesidades de consumo humano como a la elaboración de piensos para animales. Este enfoque se alinea con la búsqueda de proteínas alternativas que reduzcan la dependencia de fuentes vegetales importadas y fomenten la producción local de ingredientes más sostenibles.

El centro de Mas Bové, epicentro de la actividad investigadora del IRTA en Tarragona, es donde ya se están realizando pruebas en granjas piloto. Allí se estudia cómo transformar los insectos en harina rica en proteínas, la cual se incorpora a la dieta de animales como los cochinillos para examinar su eficacia como sustituto de otras proteínas tradicionales.

Más allá del ámbito animal, el IRTA tiene como meta a corto plazo incorporar los insectos en la alimentación humana. Se están desarrollando procesos y tecnologías para optimizar la cría, recogida y transformación de estos animales, así como explorar su aceptación en la sociedad y mejorar el perfil nutricional de los productos obtenidos. Todo ello se engloba dentro del Plan Estratégico 2024-2027 del IRTA, que sitúa el impulso de las proteínas alternativas como uno de los principales retos de futuro.

La inversión prevista para el complejo supera el millón de euros, englobando tanto la granja como la planta de procesamiento y el desarrollo de harinas de insectos. Estas instalaciones permitirán investigar también la valorización de residuos orgánicos derivados de la cría, con el fin de reducir el impacto ambiental y favorecer la economía circular.

El proyecto de Constantí también contempla el desarrollo de una planta piloto de biogás. El objetivo es aprovechar las deyecciones ganaderas y otros subproductos agrícolas para generar energía, abasteciendo así parte de las propias instalaciones y cerrando el ciclo de residuos. Además, se están implementando sistemas de filtración y reutilización de agua para minimizar el consumo hídrico, algo especialmente relevante frente al cambio climático.

Entre los planes del IRTA destaca también la transformación de las deyecciones animales en fertilizantes para los campos de cultivo locales, lo que permitiría reducir la necesidad de importar fertilizantes orgánicos y aprovechar mejor los recursos existentes en Cataluña.

La apuesta por la proteína de insectos en Constantí supone un paso relevante en la modernización y sostenibilidad del sector agroalimentario catalán, integrando investigación aplicada tanto para piensos como para consumo humano y promoviendo la economía circular. Colaboraciones con otras instituciones, como la integración del Centro Tecnológico del Vino (VITEC) en el IRTA, refuerzan el compromiso del instituto en el avance científico y la transferencia de tecnología a distintos sectores productivos.

Con este conjunto de iniciativas, el IRTA busca aportar soluciones innovadoras a los retos del sector agrario y alimentario, apostando por nuevas fuentes de proteína más respetuosas con el entorno y por el aprovechamiento integral de los recursos generados en las explotaciones.

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