- Refuerzo municipal de fumigaciones selectivas y control vectorial en espacios públicos.
- Medidas en el hogar: eliminar agua estancada, tapar depósitos y mantener patios limpios.
- Vigilancia epidemiológica activa y atención temprana ante síntomas compatibles.
- Innovación tecnológica con sensores e IA para mejorar el monitoreo del mosquito.
Con la llegada del buen tiempo y episodios de lluvia, ayuntamientos y servicios de salud pública en España activan planes integrales para reducir el riesgo de dengue mediante el control del mosquito vector y la implicación vecinal. El foco está en cortar el ciclo del insecto, minimizar criaderos y acercar información clara a los barrios.
Estas actuaciones se coordinan con áreas de epidemiología, salud ambiental y comunicación, combinando fumigaciones programadas, inspecciones domiciliarias y campañas de sensibilización. La estrategia incluye pautas prácticas para la ciudadanía y protocolos preventivos adaptados a cada municipio.
Operativos en la vía pública y control del vector
Los dispositivos municipales priorizan zonas verdes, cursos de agua urbanos y espacios con alta concentración de personas, realizando fumigaciones selectivas a primera hora para mejorar su eficacia y reducir molestias. Los equipos siguen cronogramas por sectores, en función de indicadores de riesgo y condiciones meteorológicas.
Durante los operativos se pide a los residentes cerrar puertas y ventanas, resguardar mascotas y evitar la permanencia en patios hasta que el producto aplicado se deposite correctamente. Se trata de una herramienta de choque que complementa, pero no sustituye, la prevención cotidiana en cada vivienda.
El control vectorial incluye también la aplicación de biolarvicidas en puntos estratégicos y la retirada de elementos que acumulen agua en vía pública. Las brigadas ambientales y promotores de salud recorren calles y parques para localizar focos y orientar a los vecinos.
Prevención en cada vivienda
La medida más efectiva es impedir que el mosquito se reproduzca. Por ello, las autoridades insisten en eliminar cualquier agua estancada en cubos, macetas, canalones, juguetes, bebederos de animales o neumáticos, así como vaciar y cepillar recipientes para desprender huevos adheridos.
En piscinas y estanques debe mantenerse el agua tratada con cloro y en circulación. Los depósitos para consumo han de quedar bien tapados, y conviene renovar el agua de floreros con limpieza previa de tallos y paredes del recipiente.
Es recomendable desbrozar jardines y patios, retirar trastos en desuso y revisar rejillas y desagües para facilitar el drenaje. Cualquier objeto que pueda llenarse con lluvia o riego debe vaciarse, cubrirse o eliminarse si no es imprescindible.
La prevención es un esfuerzo compartido: sin criaderos en casas y comunidades, el mosquito pierde su principal fuente de reproducción y se reducen las probabilidades de transmisión.
Puntos informativos y acciones comunitarias
Para reforzar el mensaje, se instalan puestos temporales de información en plazas y centros cívicos, con entrega de materiales divulgativos, repaso de medidas clave y asesoramiento personalizado. En escuelas e institutos se imparten charlas adaptadas por edades.
Algunas campañas incorporan ferias de salud con revisiones básicas, vacunación según indicación sanitaria y actividades de promoción de hábitos saludables. También se organizan jornadas de recogida de trastos para facilitar el descacharrado en barrios.
Los equipos de salud ambiental realizan visitas puerta a puerta en manzanas priorizadas para identificar riesgos en patios, terrazas y galerías, y acompañan a los hogares en la eliminación de posibles focos.
Vigilancia epidemiológica y momento actual
La notificación de sospechas se monitoriza de forma continua, sin brotes activos en determinadas zonas, aunque con incrementos de alertas tras episodios de lluvia y mayor humedad. Esta vigilancia permite ajustar los operativos y anticipar escenarios.
Ante fiebre alta, dolor de cabeza, mialgias o erupciones, se recomienda consultar cuanto antes en el centro de salud. El dengue no se transmite de persona a persona: el vector es el mosquito, de ahí la importancia de cortar su ciclo en el entorno doméstico.
Las franjas de mayor actividad del mosquito se concentran entre media mañana y el atardecer, por lo que conviene usar repelente homologado, ropa que cubra extremidades y mosquiteras en ventanas y puertas, especialmente en esas horas.
Tecnología para mejorar el seguimiento
Se evalúa incorporar soluciones de sensores ópticos con apoyo de inteligencia artificial para identificar especies por patrones de vuelo y sonido, generar mapas en tiempo real e identificar horarios críticos de actividad.
Experiencias recientes en entornos urbanos de América Latina han mostrado que estos dispositivos, de coste contenido frente a equipos tradicionales, pueden ampliar la cobertura del monitoreo y orientar con más precisión las intervenciones en calle.
Coordinación intersectorial y comunicación
Las mesas de trabajo reúnen a salud pública, gestión sanitaria, epidemiología, educación y comunicación institucional, alineando mensajes y materiales pedagógicos para medios, centros educativos y asociaciones vecinales.
Se promueve la formación de profesionales y portavoces para un abordaje riguroso y accesible, así como la atención no presencial cuando proceda, facilitando el primer contacto ante síntomas compatibles y el encaje con la vigilancia epidemiológica.
La combinación de operativos en calle, prevención en el hogar, información clara y nuevas tecnologías permite contener riesgos y preparar a la comunidad para los picos estacionales. Mantener patios sin agua acumulada, apoyar los cronogramas municipales y consultar ante síntomas son los pilares que marcan la diferencia.