- Las lagartijas endémicas de Baleares enfrentan el riesgo de extinción debido a especies invasoras y la transformación del entorno.
- Se están desarrollando proyectos de refugio en Ibiza para protegerlas de depredadores como las serpientes.
- Las especies de lagartijas de otros lugares, como Neuquén, también se encuentran en peligro por factores como el calentamiento global y la actividad humana.
- La conservación de lagartijas implica acciones conjuntas de entidades medioambientales, sociales y científicas.
Las lagartijas enfrentan momentos delicados en diferentes regiones del mundo debido a la presión de factores ambientales, la presencia de especies invasoras y la transformación de sus hábitats. En particular, las islas Baleares y la región de Neuquén en Argentina han sido escenario de historias recientes sobre el declive y los esfuerzos por conservar estos reptiles esenciales.
Las lagartijas Pitiusas, endémicas de Ibiza y Formentera, han sido un pilar en el equilibrio ecológico balear durante siglos. Su función en el control de plagas y la polinización vegetal les confiere un papel protagonista en la biodiversidad de la zona. Sin embargo, desde principios de siglo, la llegada de serpientes de herradura, importadas accidentalmente en troncos de olivo procedentes de la península, ha ocasionado una verdadera crisis. Estas serpientes, depredadoras naturales de las lagartijas, han ocupado la mayor parte del territorio, dejando a las poblaciones locales recluidas en áreas muy concretas y forzando a algunas a refugiarse en islotes o a trasladarse a centros de conservación, como el zoo de Barcelona.
El fenómeno, en parte provocado por la transformación del paisaje a golpe de nuevos jardines ornamentales para satisfacer deseos de lujo, ha tenido un alto coste para la fauna local. Las campañas de captura y los controles han sido insuficientes ante la capacidad de adaptación de las serpientes invasoras, capaces incluso de cruzar a nado distancias considerables para acceder a los últimos refugios de las lagartijas.
Iniciativas locales de conservación en Ibiza
En respuesta a esta crisis, el Ayuntamiento de Sant Josep, en colaboración con asociaciones de la isla como Apfem y la Asociación Pitiusa Pro Salud Mental, ha puesto en marcha proyectos innovadores para la construcción de refugios destinados a proteger a las lagartijas de las serpientes invasoras. Estos refugios, fabricados a partir de cajas de madera recicladas, corteza de árbol y hojas secas, recubiertos con malla y cemento para brindar protección adicional, se han instalado en distintos espacios ajardinados del municipio. La meta es crear hasta 80 refugios que no solo beneficien a estos pequeños reptiles, sino que también aporten un valor social y terapéutico a las personas involucradas en su elaboración.
Las autoridades y las entidades participantes resaltan no solo la importancia ecológica de la iniciativa, sino también su vertiente social, al implicar a grupos en riesgo de exclusión, fomentando habilidades como la coordinación, la atención y el trabajo en equipo.
Caso de Neuquén: la lagartija que nada bajo la arena
El reto para la supervivencia de las lagartijas no es exclusivo del Mediterráneo. En la región central de Neuquén, Argentina, la Liolaemus cuyumhue —una especie de lagartija descubierta a principios de este siglo y que destaca por desplazarse bajo la arena como si nadara— enfrenta su propia amenaza. Esta especie, única en el mundo y adaptada a condiciones extremas de temperaturas y suelos arenosos, ha sido catalogada en peligro crítico, agravado por causas como el calentamiento global y el avance de la explotación petrolera y gasífera.
Las investigaciones científicas han puesto en evidencia la importancia de zonas de conservación específicas para proteger tanto a la lagartija como a otras especies de la biodiversidad local. Los expertos coinciden en que no solo se trata de una cuestión estética o romántica, sino de salvaguardar un ecosistema único y frágil, cuyas especies son fundamentales para mantener el equilibrio ecológico de la región.
La complejidad de la conservación: peligros y oportunidades
Las experiencias en diferentes partes del mundo muestran que, además de los peligros derivados de especies invasoras y del impacto humano, el futuro de las lagartijas depende de la colaboración entre administraciones, científicos y comunidades. Tanto en Ibiza como en Neuquén, la combinación de medidas legales, campañas de sensibilización y proyectos prácticos son las únicas vías efectivas para evitar la desaparición de estas especies emblemáticas y garantizar su presencia en el futuro.
Proteger a estos pequeños reptiles también implica conservar la biodiversidad de sus ecosistemas, lo que refleja los retos que afronta la conservación en el siglo XXI. La participación activa de diferentes actores y el compromiso con acciones sostenibles son esenciales para mantener viva su existencia y la de muchas otras especies que conforman su entorno natural.
