- El 23 de octubre es la jornada global dedicada al leopardo de las nieves, oficializada por la ONU.
- La especie está catalogada como "vulnerable" por la UICN, con entre 4.000 y 6.500 ejemplares estimados.
- Las amenazas clave son la caza furtiva, la pérdida de hábitat, el conflicto con el ganado y el cambio climático.
- Programas como el GSLEP y acuerdos regionales refuerzan la cooperación científica y comunitaria.

El 23 de octubre el mundo pone el foco en un felino tan esquivo como icónico: el leopardo de las nieves. La fecha invita a reflexionar sobre su conservación y el papel crucial de las montañas de Asia, de las que dependen millones de personas por sus recursos hídricos.
En 2024, la Asamblea General de la ONU formalizó esta efeméride y alentó a países e instituciones a reforzar la cooperación científica, la protección de hábitats y las acciones comunitarias. No es solo celebrar a un gran felino: es reconocer la estrecha relación entre biodiversidad, clima y bienestar humano.
Qué conmemora el Día y cómo se oficializó

La jornada tiene raíces en la Declaración de Bishkek (2013) y el programa GSLEP (Global Snow Leopard and Ecosystem Protection Program), una alianza de los 12 países de distribución del felino para coordinar políticas, ciencia y cooperación local a escala transfronteriza.
La resolución 79/143 de la Asamblea General, adoptada en diciembre de 2024, fijó el 23 de octubre como la fecha oficial y reconoció el valor ecológico, cultural y espiritual de esta especie. La ONU subrayó que conservar al llamado “fantasma de las montañas” implica salvaguardar cabeceras glaciares y ecosistemas que sostienen a comunidades enteras.
Estado de conservación y principales amenazas

El leopardo de las nieves (Panthera uncia) habita cordilleras de Asia Central y el Himalaya entre los 900 y los 5.500 metros. Su pelaje gris plateado moteado le permite camuflarse en roca y nieve, una adaptación que explica su fama de animal elusivo.
La UICN lo clasifica como “vulnerable”, con una población estimada entre 4.000 y 6.500 individuos. Entre las amenazas destacan la caza furtiva (por piel y huesos), la pérdida y fragmentación de hábitat, el conflicto con la ganadería y los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas de alta montaña.
La reducción de presas naturales —como íbices y cabras azules— empuja al felino a buscar alimento en el ganado doméstico, aumentando los conflictos. Para mitigarlos, se aplican esquemas de compensación y medidas de manejo que premian a las comunidades que protegen a la especie.
Más allá de su magnetismo, el leopardo de las nieves es un regulador trófico clave: controla poblaciones de herbívoros y ayuda a mantener suelos y vegetación. Protegerlo supone resguardar cuencas glaciares de las que dependen más de 300 millones de personas y avanzar en objetivos como ODS 6 (agua), ODS 13 (acción climática) y ODS 15 (vida terrestre).
Cooperación internacional y participación ciudadana
El programa GSLEP coordina redes científicas y comunitarias para asegurar poblaciones viables y corredores ecológicos entre países. Entre las herramientas empleadas figuran cámaras trampa, collares satelitales y monitoreo genético para afinar censos y entender mejor los movimientos del felino.
También gana fuerza el turismo responsable en áreas rurales, que genera ingresos y refuerza la idea de que conservación y desarrollo pueden ir de la mano, siempre con límites y buenas prácticas para minimizar impactos.
Organizaciones y centros educativos impulsan campañas dirigidas a niños y jóvenes sobre biodiversidad y convivencia con fauna silvestre. La ONU anima a gobiernos y sociedad civil a participar en actividades científicas y culturales, reforzando la cooperación transfronteriza.
Los países de distribución han adoptado estrategias y planes: desde la Resolución de Samarcanda (2024) hasta memorandos regionales en Asia Central, además de planes nacionales en Nepal, Bután, Pakistán o Rusia. Estas hojas de ruta priorizan la protección de hábitats, la reducción de la caza ilegal y la adaptación al clima.
En Europa y España, instituciones, ONGs y centros de investigación se suman cada 23 de octubre con charlas, exposiciones y acciones de sensibilización, creando puentes entre la comunidad científica y el público para apoyar proyectos en el terreno.
- Infórmate y comparte datos verificados sobre el leopardo de las nieves en redes y medios.
- Apoya a entidades que trabajan en conservación y en la mejora de la convivencia con comunidades locales.
- Participa en eventos, talleres y campañas educativas en tu ciudad o en línea.
Relatos desde el Himalaya: una expedición de seguimiento
Con motivo de la efeméride, medios especializados recogieron experiencias de campo como la del biólogo Gustavo Figueirôa, que viajó al Himalaya indio junto al fotógrafo Henrique Olsen para documentar a este felino en uno de sus paisajes más extremos.
La ruta, que pasó por Nueva Delhi y ascendió hasta la región de Kibber, implicó jornadas de hasta 12 horas a más de 4.600 metros, frío intenso cercano a −20 °C y desplazamientos en zonas remotas donde la logística es limitada.
El invierno facilita los avistamientos, ya que los animales bajan algo de altitud, pero su camuflaje sigue siendo formidable. Entre las escenas más llamativas, la expedición observó una pareja en comportamiento reproductivo, un hito poco frecuente a simple vista.
Relatos como este ayudan a comprender los retos reales de conservar una especie esquiva y a valorar el trabajo de guías locales, investigadores y comunidades que, día a día, sostienen la protección del “fantasma de las montañas”.
La conmemoración del 23 de octubre sirve para alinear esfuerzos: desde las resoluciones internacionales y los planes nacionales hasta la educación ambiental y la implicación ciudadana. Mantener al leopardo de las nieves en sus cumbres es, en el fondo, apostar por ecosistemas de montaña sanos, seguridad hídrica y un futuro donde la vida silvestre conserve su lugar.