El lobo etíope o Canis simensis, es uno de los carnívoros más peculiares de África y, lamentablemente, se encuentra en peligro crítico de extinción. Considerado el cánido más amenazado del mundo, es una especie endémica de las altas montañas de Etiopía y su singularidad radica en que es totalmente distinta a cualquier otra especie de lobo. Más allá de su notable piel rojiza, su biología, ecología y estatus de conservación lo distinguen como uno de los animales más interesantes de África.
Descripción física del Lobo Etíope
El lobo etíope es un animal medianamente grande, con un peso promedio de 16 a 20 kilogramos en los machos y algo más ligero en las hembras. Se caracteriza por su distintivo pelaje rojizo o anaranjado, que tiende a volverse más oscuro en el dorsal y más claro en las partes inferiores.
La morfología de su cuerpo es adaptada para la vida en las montañas. Tiene patas largas y delgadas, y un cuerpo delgado y estilizado que le permite moverse con rapidez y agilidad por las escarpadas pendientes de su hábitat. Su hocico es también largo y estrecho, característico de los animales que se alimentan mayoritariamente de roedores.
Hábitat
El hábitat del lobo etíope se encuentra limitado a las altas montañas etíopes, por encima de los 3.000 metros de altitud. Esto incluye las montañas de Bale, la más importante y lugar donde reside la mayor población existente de estos animales, y las montañas de Arsi, Menz y Gojjam.
El hábitat montañoso de este cánido es áspero y escarpado, dominado por la alta vegetación de hierba y brezo. El clima es extremadamente variable, con temperaturas que fluctúan de congelantes en la noche a calurosas durante el día.
Alimentación
El lobo etíope tiene una dieta sumamente especializada. Se alimenta casi exclusivamente de roedores, preferentemente de ratas de hierba gigantes. Este curioso hábito alimenticio le ha valido la descripción de «gato con disfraz de lobo».
Cazan en solitario, empleando una estrategia similar a la de los felinos, acercándose sigilosamente a su presa y después lanzándose rápidamente sobre ella. Aunque también son capaces de cazar en grupo cuando la situación lo requiere.
Comportamiento y estilo de vida
A pesar de que son principalmente solitarios en cuanto a su comportamiento de caza, los lobos etíopes poseen un estilo de vida social muy desarrollado. Viven en grupos familiares compuestos por una pareja reproductora y sus descendientes.
Los lobos llevan a cabo una intensa actividad de marcado de territorio, sobre todo los machos, que son los que permanecen en su lugar de nacimiento, mientras que las hembras se dispersan para buscar nuevas manadas con las que aparearse.
Estado de Conservación
El lobo etíope se encuentra en una situación crítica de conservación. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo lista como en peligro de extinción, con una población total de menos de 500 individuos maduros.
Las amenazas principales para su supervivencia incluyen la pérdida de hábitat debido a la expansión de la agricultura, las enfermedades transmitidas por los perros domésticos y la caza furtiva. Se están llevando a cabo programas de conservación y protección apoyados por varios gobiernos y organizaciones internacionales para asegurar su supervivencia.