- Las mariposas son claves como bioindicadoras de la calidad ambiental.
- Numerosas iniciativas científicas y ciudadanas estudian y protegen sus poblaciones.
- Destacan proyectos en Barcelona, Murcia y Benalmádena enfocados en su seguimiento y conservación.
Las mariposas, además de su belleza y colorido, desempeñan un papel fundamental como indicadores del estado de salud de los ecosistemas. En los últimos años, han cobrado un protagonismo especial en distintos proyectos de seguimiento y conservación tanto en entornos urbanos como rurales, involucrando a científicos y ciudadanía por igual. En ciudades como Barcelona, iniciativas ciudadanas y científicas están liderando la protección y el estudio de estos frágiles insectos, mientras que en áreas naturales y espacios protegidos se desarrollan investigaciones que permiten entender mejor los cambios ambientales.
La presencia, abundancia y diversidad de mariposas nos ofrece información valiosa sobre los ecosistemas donde viven. Su sensibilidad ante alteraciones medioambientales las convierte en auténticos termómetros biológicos que ayudan a detectar desde la degradación de hábitats hasta el éxito de políticas de gestión ecológica. Por ello, cada vez son más frecuentes los proyectos de seguimiento que buscan protegerlas y aprovechar su valor como bioindicadores.
Barcelona: la ciencia ciudadana y el seguimiento de mariposas urbanas
En la capital catalana, la relación entre el Ayuntamiento y diversas entidades de investigación ha dado lugar a proyectos pioneros centrados en la observación de mariposas en espacios verdes urbanos. Un ejemplo es el Observatorio ciudadano de mariposas urbanas de Barcelona (uBMS), una iniciativa de ciencia ciudadana que, desde 2018, recopila datos en colaboración con los propios ciudadanos. Este proyecto se apoya en el conocimiento técnico del CREAF y en la pasión por la biodiversidad de los barceloneses, permitiendo evaluar los efectos de la nueva gestión de parques y jardines, basada en prácticas más sostenibles y en la eliminación de químicos perjudiciales.
La información obtenida permite adaptar políticas de conservación y fomentar una infraestructura verde saludable. Además, las mariposas, como organismos clave para el estudio del ecosistema urbano, ayudan a valorar la capacidad de las ciudades para acoger biodiversidad y mejorar el bienestar de sus habitantes. La implicación ciudadana, siguiendo un protocolo estandarizado, refuerza el valor del proyecto y permite que los datos tengan validez científica y utilidad real para la gestión municipal.
El estudio intensivo en Murcia: mariposas como termómetro ambiental
En la Región de Murcia la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia ha impulsado un proyecto de seguimiento pionero en el campus de Espinardo y zonas aledañas, enmarcado en el Programa Europeo de Seguimiento de Mariposas. En este estudio, desde marzo de 2025, se han registrado cerca de 2.000 ejemplares de 22 especies diferentes, convirtiéndose en la investigación más completa de la provincia hasta la fecha.
Entre los hallazgos, destaca la detección de la mariposa alcaparrera, una especie autóctona y considerada rara en la península. El elevado número de observaciones revela la importancia de los hábitats universitarios y cercanos como refugio para la biodiversidad. El equipo, liderado por el investigador Diego Gil Tapetado, cuenta con la colaboración de decenas de estudiantes y fomenta la participación ciudadana a través de formación específica y reconocimiento académico.
Este seguimiento no solo permite evaluar la calidad ambiental, sino que además fomenta la implicación social en la ciencia, mejorando la concienciación sobre la importancia de conservar la biodiversidad local y la salud de los ecosistemas que nos rodean.
Conservación y divulgación en Benalmádena
El Ayuntamiento de Benalmádena y el Mariposario local han firmado un convenio para trabajar juntos en la conservación de las mariposas, con especial atención a la especie Monarca, detectada en el Parque de La Paloma. Gracias a este acuerdo, se establece un plan de monitoreo y protección de colonias, así como acciones educativas y divulgativas que buscan sensibilizar a vecinos y visitantes sobre el valor ecológico de estos insectos y de su hábitat.
El acuerdo permitirá instalar señalización informativa, llevar a cabo observaciones de campo y desarrollar materiales pedagógicos. El Mariposario aportará su experiencia en cría y manejo de mariposas para analizar aspectos clave como la estacionalidad, población y estado sanitario de la colonia, generando datos que servirán de apoyo a futuras iniciativas de conservación.
Ambas instituciones muestran su compromiso con la sostenibilidad y la promoción de la biodiversidad, apostando por la protección activa de una especie emblemática y la integración del conocimiento científico en la gestión urbana.
Las mariposas han pasado de ser solo un símbolo de la naturaleza y la transformación, a convertirse en aliados fundamentales para entender y proteger nuestro entorno. La colaboración entre investigadores, ciudadanía e instituciones demuestra cómo la conservación de la riqueza natural puede lograrse mediante acciones coordinadas que mejoran la calidad ambiental y contribuyen a un futuro más sostenible para todos.