Moluscos en las profundidades oceánicas y su sorprendente diversidad

Última actualización: 30 julio 2025
  • Descubiertos ecosistemas profundos formados por moluscos en las fosas marinas más inhóspitas del planeta.
  • Moluscos bivalvos y gasterópodos destacan por su adaptación extrema a entornos sin luz y ricos en compuestos químicos.
  • El dragón azul y la oveja de mar, dos especies singulares, llaman la atención por su biología y posibles riesgos.

Moluscos marinos en el océano

La vida marina sigue sorprendiendo a la comunidad científica gracias a recientes hallazgos que desafían lo que se creía saber sobre los límites en los que pueden vivir ciertos animales. Los moluscos, un grupo que engloba desde bivalvos hasta babosas marinas, han sido protagonistas de varias investigaciones recientes desarrolladas a profundidades extremas en los océanos del Pacífico Norte.

Durante campañas científicas en las fosas Kuril-Kamchatka y Aleutianas, a profundidades de hasta casi 10.000 metros, un equipo internacional logró documentar comunidades de invertebrados que prosperan en entornos carentes de luz y sometidos a bajas temperaturas y falta de oxígeno. En este escenario inhóspito, los moluscos y los gusanos tubícolas han sido observados formando ecosistemas basados en la quimiosíntesis, un proceso por el cual los organismos obtienen energía a partir de reacciones químicas en vez de la luz solar.

Moluscos en la zona hadal: supervivencia en condiciones extremas

Moluscos en profundidad oceánica

Las denominadas zonas hadales constituyen algunos de los ambientes más desconocidos y extremos del planeta. A partir de los 6.000 metros de profundidad, en grandes fosas oceánicas producto del encuentro de placas tectónicas, los científicos han registrado la presencia de diversos moluscos, en concreto bivalvos similares a mejillones y gasterópodos adaptados al frío, la oscuridad y la presión aplastante. Además, algunos de estos moluscos, como los gasterópodos, han sido también documentados en exploraciones en distintas zonas del océano profundo, incluyendo áreas de interés como los dinosaurios acuáticos.

El sumergible Fendouzhe ha sido clave en estas exploraciones, permitiendo tomar muestras y realizar observaciones directas en fondos hasta ahora inexplorados. Los expertos han rastreado más de 2.500 kilómetros de fondo marino, identificando colonias de moluscos y gusanos en simbiosis con microbios que les permiten aprovechar compuestos como el hidrógeno sulfurado y el metano.

El estudio, publicado en la revista Nature, sugiere que la vida quimiosintética está más extendida de lo que se pensaba, y que estos animales han desarrollado mecanismos únicos para sobrevivir donde la luz nunca llega. La existencia de estos ecosistemas también cuestiona teorías previas sobre el ciclo del carbono y la fuente de energía primaria en las profundidades. La actividad microbiana origina metano y sulfuro a partir de materia orgánica sedimentaria, sirviendo de base para estas sorprendentes comunidades.

Especies singulares: dragón azul y oveja de mar

Babosa marina y molusco singular

Entre los moluscos más llamativos descubiertos o avistados recientemente se encuentra el denominado dragón azul (Glaucus atlanticus), un nudibranquio de pequeño tamaño y vivos colores que suele aparecer ocasionalmente en aguas españolas, especialmente tras temporales y cambios en las corrientes. Esta babosa de mar flota boca abajo y es capaz de almacenar toxinas de sus presas, lo que puede suponer un riesgo para los bañistas. El contacto directo puede provocar síntomas como dolor, vómitos o irritaciones cutáneas, motivo por el cual las autoridades suelen recomendar evitar cualquier manipulación en caso de hallarlo en la playa.

La conocida como oveja de mar (Costasiella kuroshimae) es otro ejemplo fascinante de la diversidad de los moluscos. Este diminuto animal, célebre por su aspecto adorable, habita principalmente en fondos cubiertos de algas en zonas del Pacífico. Lo más llamativo de su biología es su capacidad para retener cloroplastos de las algas que consume, permitiéndole llevar a cabo la fotosíntesis y fabricar su propio alimento, un fenómeno conocido como cleptoplastia. Esta adaptación, además de proporcionarle nutrientes, le ofrece camuflaje y cierta protección frente a los depredadores.

Ambas especies, aunque no están consideradas formalmente amenazadas, ven su supervivencia condicionada por factores como la contaminación, el deterioro del hábitat y el cambio climático, que afectan tanto a la calidad del agua como a la disponibilidad de alimento.

Impulso de la investigación y retos futuros

Ecosistemas profundos de moluscos

El avance tecnológico en vehículos sumergibles ha permitido ampliar el conocimiento sobre la vida en las zonas más profundas del océano. Misiones como las llevadas a cabo por el Fendouzhe han abierto una ventana a la exploración directa de fondos marinos antes inaccesibles, lo que apunta a la posible existencia de corredores de vida quimiosintética repartidos a lo largo de diferentes fosas tectónicas a escala global.

Además, estos descubrimientos aportan información fundamental para entender mejor el ciclo global del carbono y la dinámica de los ecosistemas en condiciones extremas. Los científicos consideran que, de confirmarse la extensión de estas comunidades, podría haber importantes implicaciones en cuanto al secuestro de carbono y la formación de depósitos de metano en el subsuelo marino.

Moluscos adaptados a grandes profundidades

Estos hallazgos no solo aumentan el catálogo de especies conocidas, sino que también resaltan la enorme capacidad de adaptación de los moluscos y otros invertebrados marinos. Gracias a estos trabajos, el conocimiento sobre la vida en el fondo oceánico sigue avanzando, revelando ecosistemas desconocidos y formas de vida sorprendentes que serán clave en los próximos años.

El Mosasaurio es uno de los dinosaurios acuáticos más conocidos
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