- La mosca del mango es una plaga clave en la caída de producción y exportaciones.
- Países productores aplican métodos integrados para el control, desde trampas a biocontrol.
- El manejo coordinado y la capacitación son esenciales para contener la plaga.
- Innovación y colaboración interinstitucional mejoran la calidad y protegen el cultivo.

La presencia de la mosca del mango en las regiones productoras supone un desafío constante para agricultores y exportadores, afectando de forma directa la cantidad y calidad de los frutos destinados tanto al consumo nacional como al mercado internacional. En los últimos años, esta plaga ha sido responsable de importantes descensos en el volumen de exportaciones, obligando al sector a poner en marcha medidas de control y prevención más rigurosas. Puedes consultar formas de proteger tus cultivos mediante técnicas naturales.
El problema es especialmente notable en países líderes en la producción de mango, donde la mosca implica no solo pérdidas económicas por deterioro del fruto, sino también trabas fitosanitarias que dificultan el acceso a mercados exigentes como el europeo o estadounidense. Para hacer frente a la situación, gobiernos y asociaciones del sector han priorizado estrategias integradas, desde la colocación masiva de trampas hasta la adopción de técnicas innovadoras de biocontrol.
La mosca del mango: una amenaza persistente para la producción
En lugares como México, Colombia o Senegal, la proliferación de la mosca del mango se ha traducido en daños considerables en los cultivos y caídas drásticas de las exportaciones. A modo de ejemplo, en ciertas regiones africanas se ha observado una merma de más del 50% en los envíos al extranjero en cuestión de apenas tres años. Esta situación ha obligado a los productores a buscar soluciones inmediatas, colaborando estrechamente con autoridades agrícolas y organismos internacionales.
El control de la plaga es complicado, ya que la mosca del mango es capaz de adaptarse a otras especies frutales y subsistir en diferentes condiciones climáticas. Su ciclo de vida abarca etapas en el fruto y en el suelo, lo que exige un monitoreo constante y la aplicación de métodos de control en distintos momentos de la campaña agrícola. También puede interesarte conocer las plantas antimosquitos más efectivas para proteger tu hogar.
Impacto económico y social de la plaga

Las consecuencias de la presencia de la mosca del mango no se limitan únicamente a las pérdidas directas por frutos dañados, sino que repercuten en el empleo, la economía rural y la percepción internacional de la producción. Por ejemplo, en zonas de Colombia y México, los productores han debido asumir costes adicionales en tratamientos y en la recolección sistemática de frutos, además de implementar tecnologías más caras para cumplir los requisitos de exportación.
La caída de precios provocada por la sobreoferta y los problemas fitosanitarios puede forzar a muchos pequeños agricultores a vender a precios bajos, o incluso a perder la cosecha si el fruto no se recoge a tiempo, pues los mismos restos podrían propiciar una mayor propagación de la mosca.
Estrategias de manejo y control de la mosca del mango
La lucha contra la plaga se apoya en la combinación de múltiples técnicas, buscando adaptarse a cada contexto agrícola y reducir la dependencia de productos químicos, en favor de métodos más sostenibles y eficaces a largo plazo. Entre las prácticas habituales destacan:
- Monitoreo poblacional con trampas: La instalación de dispositivos específicos permite detectar la presencia de adultos y anticipar focos de infestación.
- Recolección y destrucción de frutos caídos o dañados: Evita la maduración de nuevas generaciones de mosca en los huertos.
- Introducción de enemigos naturales: Algunas zonas han implementado la liberación de parasitoides o agentes biológicos capaces de reducir la población de la plaga.
- Uso racional de fitosanitarios: Cuando es imprescindible, se emplean solo en momentos específicos y siguiendo protocolos para evitar la resistencia.
En Senegal, por ejemplo, el gobierno ha impulsado campañas nacionales financiadas mediante impuestos dirigidos, suministrando millones de dosis de feromonas y cubriendo amplias áreas productivas. En Colombia, alianzas entre entidades públicas y asociaciones campesinas han posibilitado la transferencia de tecnología y capacitación sobre mejores prácticas agrícolas.
El papel de la colaboración y la innovación
El éxito en la contención de la mosca del mango depende en buena medida de la colaboración entre productores, técnicos y autoridades, junto al impulso de enfoques participativos y la integración de nuevas tecnologías. Las licitaciones públicas, la coordinación interinstitucional y los convenios con entidades especializadas han demostrado ser claves para ampliar la cobertura de los programas y llegar a los pequeños y medianos agricultores.
Empresas del sector biológico, como proveedores de feromonas y trampas, colaboran activamente en campañas regionales, adaptando sus productos a las necesidades locales y favoreciendo métodos más rápidos y fáciles de utilizar durante toda la temporada agrícola.
Retos y perspectivas futuras en la gestión de la plaga
A pesar de los logros alcanzados en las últimas campañas, la mosca del mango sigue representando un reto para la agricultura de exportación, especialmente en regiones con limitados recursos técnicos y económicos. Mantener y mejorar los resultados requiere invertir en capacitación, monitoreo constante y la adopción de métodos integrados que combinen control biológico, cultural y químico de manera planificada.
Es fundamental seguir promoviendo la sensibilización y la educación a nivel local, así como asegurar la continuidad de los programas de apoyo público y la inversión en desarrollo tecnológico. Esto permitirá reducir el impacto de la plaga, mejorar la calidad del fruto y reforzar la competitividad en los mercados internacionales.
La experiencia de países que han logrado contener la propagación de la mosca del mango pone de manifiesto la importancia de la acción coordinada, la transferencia de conocimiento y el uso de soluciones ajustadas a las condiciones particulares de cada territorio.