Seis especies de murciélagos fluorescentes: lo que sabemos

Última actualización: 27 octubre 2025
  • Se han identificado seis especies de murciélagos que muestran fluorescencia bajo luz ultravioleta.
  • El fenómeno se detectó en especímenes de museo usando iluminación UV y no es bioluminiscencia.
  • Las posibles funciones incluyen comunicación, reconocimiento y camuflaje; aún se investigan.
  • En España y Europa el hallazgo impulsa nuevas líneas de investigación y medidas de conservación.

Murciélagos fluorescentes

En plena oscuridad, la ciencia ha encendido una cerilla: seis especies de murciélagos emiten fluorescencia cuando se exponen a luz ultravioleta, un hallazgo que está redefiniendo lo que creíamos saber sobre estos mamíferos nocturnos. Lejos de la fantasía, este brillo sutil abre una ventana a conductas y adaptaciones que pasaban desapercibidas.

No hablamos de luz producida por reacciones químicas, sino de fluorescencia bajo luz ultravioleta: pigmentos del pelaje y la piel absorben radiación UV y la reemiten en tonos visibles. Detectar este efecto requiere herramientas específicas, pero sus implicaciones para la ecología y la conservación pueden ser muy tangibles.

Seis especies de murciélagos: qué se ha descubierto y cómo

Murciélagos bajo luz ultravioleta

El punto de partida fue un trabajo con colecciones científicas: especímenes preservados observados con luces UV mostraron un resplandor tenue y multicolor en alas y pelaje. Los patrones más frecuentes se describen en gamas de verde, naranja o rosado, aunque su intensidad varía entre especies e individuos.

Conviene distinguir conceptos: bioluminiscencia y fluorescencia no son lo mismo. La primera genera luz propia mediante reacciones internas; la segunda necesita una fuente de energía externa (UV) para excitar compuestos que luego emiten fotones visibles. En estos murciélagos, el fenómeno responde a la segunda.

Las razones evolutivas están sobre la mesa. Entre las hipótesis más consideradas figuran la comunicación entre congéneres, el reconocimiento de individuos en vuelo, el camuflaje en entornos con fluorescencia vegetal e incluso señales de advertencia para depredadores sensibles a estas longitudes de onda. Aún no hay consenso, y se necesitan más estudios de campo.

Las seis especies documentadas aparecen en distintas regiones del mundo y pertenecen a grupos con dietas y hábitos diversos, desde frugívoros hasta insectívoros. Este mosaico sugiere que el rasgo podría haber surgido con funciones ecológicas distintas según el entorno, algo que futuras investigaciones tratarán de aclarar.

Impacto para España y Europa: investigación y protección

Investigación sobre murciélagos fluorescentes

Por ahora no hay constancia de especies fluorescentes en la fauna ibérica, pero el hallazgo internacional abre una oportunidad: revisar colecciones y poblaciones europeas con protocolos estándar de luz UV para comprobar si el fenómeno está presente y en qué medida. Ver casos locales como la presencia de colonias en Madrid ayuda a planificar muestreos.

La relevancia es doble. En primer lugar, por su valor ecológico: los murciélagos ayudan a controlar plagas, favorecen la polinización y dispersan semillas, lo que repercute en agricultura y salud de los ecosistemas. En segundo, porque comprender la fluorescencia podría mejorar la identificación de especies y el seguimiento de colonias. La experiencia en casos de manejo y captura, como la actuación en Yucatán, aporta lecciones sobre protocolos y seguridad.

Las amenazas son conocidas: contaminación lumínica, pérdida de refugios y perturbación en cuevas. Integrar el factor luminico en planes urbanos (iluminación dirigida, horarios y espectros más respetuosos) y proteger arboledas maduras y edificios con colonias son medidas que marcan la diferencia. Los alertas sanitarios, como la notificación en Cataluña, recuerdan la necesidad de coordinación.

Administraciones, centros de investigación y ciudadanía pueden empujar en la misma dirección. Buenas prácticas de convivencia (no manipular refugios, evitar obras en épocas sensibles), redes de ciencia ciudadana y formación técnica para equipos de campo ayudan a recabar datos y reducir impactos.

  • Evaluar la fauna local con inspecciones UV seguras y estandarizadas.
  • Aplicar políticas de iluminación responsable en zonas periurbanas y rurales.
  • Conservar refugios naturales y artificiales clave para las colonias.
  • Impulsar proyectos europeos que crucen bioquímica, ecología y gestión del territorio.

En la parte científica, la prioridad pasa por documentar patrones de brillo, compararlos entre especies y estaciones y evaluar si el rasgo influye en el comportamiento. La colaboración entre museos, universidades y agencias ambientales europeas será esencial para avanzar con rígido método y datos comparables.

Este descubrimiento deja una idea clara: la noche guarda información que no vemos a simple vista. Con herramientas adecuadas y protocolos responsables, Europa y España pueden aportar conocimiento de primer nivel y, de paso, mejorar la protección de unas especies tan discretas como esenciales para el equilibrio del medio.

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