- El pez león es una especie invasora venenosa y depredadora originaria del Índico y el Pacífico.
- Su rápida reproducción y capacidad de adaptación preocupan a científicos ante su llegada a aguas españolas.
- La tropicalización del Mediterráneo favorece la expansión de especies invasoras como el pez león.
- Su impacto afecta tanto a ecosistemas marinos como a la economía y la seguridad de las personas.

En los últimos años, la preocupación por especies invasoras en los mares españoles ha ido en aumento y uno de los mayores focos de alarma es el pez león. Este animal, llamativo por su aspecto pero peligroso por su naturaleza depredadora y venenosa, representa una potencial amenaza para la biodiversidad marina y el equilibrio de nuestros ecosistemas costeros.
La llegada del pez león al Mediterráneo y su expansión en otras zonas del Atlántico occidental han generado inquietud entre biólogos y ecologistas. Aunque aún no se ha detectado en aguas de España, su avance es visto como prácticamente inevitable debido a factores como el aumento de temperaturas en el mar y la globalización de los ecosistemas.
¿Qué hace del pez león una amenaza seria?

El Pterois volitans, conocido como pez león, procede de aguas tropicales del Índico y Pacífico. Se reconoce por su llamativo cuerpo a rayas y las largas aletas repletas de espinas venenosas. Más allá de su belleza, este pez es un depredador voraz. Su dieta incluye peces pequeños, crustáceos y otras formas de fauna marina menor, lo que puede alterar gravemente los ecosistemas donde se establece.
Su alta capacidad reproductiva es uno de los aspectos más preocupantes: cada hembra puede liberar más de 30.000 huevos al mes, que son transportados por las corrientes y se dispersan con facilidad a nuevas áreas. La falta de depredadores naturales fuera de su hábitat original facilita el rápido crecimiento de sus poblaciones, como se ha observado en el Caribe y el Atlántico occidental.
Impacto ambiental y riesgos para la fauna local
El avance del pez león representa un importante reto para la conservación marina. Se adapta con facilidad a diferentes condiciones y puede sobrevivir en aguas relativamente frías, incluso semanas sin alimentarse, aumentando su capacidad de consumir diferentes presas.
En las zonas donde se ha establecido, ha desplazado especies autóctonas, especialmente peces pequeños esenciales en la cadena alimentaria. Esta situación puede causar desequilibrios en los arrecifes de coral, manglares y praderas marinas, afectando tanto a la fauna como a las actividades económicas como la pesca y el turismo.
Asimismo, el pez león es un riesgo para las personas que lo desconocen y lo confunden con un pez decorativo. Su picadura, aunque rara vez mortal, puede provocar dolores intensos y en algunos casos requerir atención médica.
El papel del cambio climático y la tropicalización
El incremento de la temperatura del mar favorece la llegada y establecimiento de especies como el pez león. Este proceso, conocido como tropicalización, provoca la aparición en el Mediterráneo de animales típicamente tropicales y la pérdida de especies autóctonas, lo que podría conducir a una disminución de la biodiversidad y recursos pesqueros esenciales.
Los expertos advierten que, junto con otras amenazas como la reducción del oxígeno en el agua, el pez león puede acelerar la transformación de los ecosistemas marinos españoles, poniendo en peligro su resiliencia y diversidad.
¿Qué medidas se están tomando?
En España, el pez león está incluido desde 2013 en el Catálogo Nacional de Especies Exóticas Invasoras, aunque hasta ahora no existe un plan autonómico específico ni una campaña de prevención a gran escala. Las autoridades europeas están trabajando en una normativa común, pero muchos científicos coinciden en que la prevención y la acción rápida son las mejores estrategias para evitar su establecimiento en nuestras costas.
En otros países afectados, se han organizado jornadas de captura y vigilancia ciudadana para frenar su avance, aunque erradicarlo por completo una vez que se ha establecido ha resultado inviable.
Este pez se presenta como uno de los desafíos ambientales más complejos para la fauna marina española en los próximos años. La vigilancia científica, la concienciación pública y la cooperación internacional serán fundamentales para mitigar su impacto y proteger la riqueza de nuestros mares frente a esta nueva amenaza invasora.
