- Condena a 18 meses de prisión a un vecino de Lopera por matar a un perro con un palo.
- Hechos probados: el can se acercó a las gallinas; recibió un golpe en la cabeza que causó la muerte inmediata.
- El acusado dijo que quería ahuyentarlo; la jueza apreció fuerza excesiva y descarta esa versión.
- Inhabilitación especial durante dos años y 280€ + 500€ en indemnizaciones.
Un vecino de Lopera (Jaén) ha sido sentenciado a 18 meses de prisión por acabar con la vida de un perro utilizando un palo. El fallo lo ha dictado el Juzgado de lo Penal número 1 de Jaén tras valorar los hechos y las declaraciones recogidas en la vista.
La resolución judicial sostiene que la muerte del animal se produjo de forma instantánea tras un golpe en la cabeza, propinado delante del menor propietario del can. El episodio se originó cuando el perro se aproximó a las gallinas que el condenado tenía en su parcela.
Qué ocurrió
Según la información difundida por Europa Press, los hechos tuvieron lugar el 14 de abril de 2025, cuando un podenco andaluz de un año se acercó a las gallinas que estaban sueltas en la finca del acusado. En ese momento, y en presencia del menor dueño del perro, el hombre le asestó un palo en la cabeza que causó la muerte en el acto.
El tribunal declara probado que el impacto fue contundente y directo, sin que mediara otra acción para apartar al animal. La escena, presenciada por el niño, quedó recogida en la sentencia como un episodio de maltrato animal que excede cualquier intento de simple ahuyentamiento.
Declaraciones del acusado
Durante el juicio, el procesado sostuvo que su intención era únicamente espantar al perro para proteger a sus aves. Explicó que primero falló el golpe y que el segundo impacto se produjo porque el can se movió en ese instante, lo que derivó en el resultado fatal.
El hombre manifestó además que, de haber llevado el menor al animal atado, no habría ocurrido nada. Asimismo, negó haber dicho al chico una frase que venía a señalar que el perro no volvería a atacar gallinas, extremo que el menor había relatado en su testimonio.
Razonamiento judicial
La magistrada concluye que el acusado fue más allá de un simple intento de ahuyentar, pues de haber sido esa su voluntad habría bastado un golpe menor. La intensidad del impacto provocó un trauma en la cabeza que ocasionó la muerte inmediata del animal.
El fallo también deja constancia de que el menor debía haber llevado al perro con sujeción; sin embargo, esta circunstancia no exime al acusado de responsabilidad penal por la desproporción del golpe propinado al can.
Pena, inhabilitación e indemnizaciones
Por estos hechos, el Juzgado impone 18 meses de prisión al autor como responsable de un delito de maltrato animal. Además, se decreta una inhabilitación especial de dos años para ejercer profesión, oficio o comercio que guarde relación con animales.
En concepto de responsabilidad civil, el condenado deberá abonar 280 euros al propietario por el valor del perro y 500 euros adicionales por los daños emocionales causados al menor que presenció lo ocurrido.
El caso, difundido por Europa Press, pone el foco en la convivencia con animales en entornos rurales y en la necesidad de respuestas proporcionadas ante situaciones de riesgo, recordando que el uso de la violencia contra un animal constituye un ilícito penal, como reflejan casos recientes de collies.
La sentencia deja una fotografía clara: hubo un golpe mortal con un palo, sin justificación suficiente, que terminó con la vida del perro. El tribunal impone pena de cárcel, inhabilitación y pagos compensatorios, y subraya que, aunque el can no iba atado, la reacción del acusado fue excesiva y contraria a la ley.
