- El Hovawart necesita ejercicio diario variado y trabajo mental para mantener equilibrio y buen comportamiento.
- Vigila salud articular, digestiva y ocular; prevención: peso óptimo, tomas repartidas y chequeos veterinarios.
- Educación con refuerzo positivo y límites claros; socialización temprana con personas y otros animales.
- Alimentación de calidad, higiene regular y entorno fresco e hidratado completan su bienestar.
El Hovawart es un perro con historia, presencia y un corazón enorme. Su estampa poderosa y su instinto protector lo han convertido en un gran compañero para familias activas que disfrutan del aire libre. Si te atrae su carácter leal y su energía incansable, aquí encontrarás una guía completa para cuidarlo con cabeza y cariño.
En estas líneas reunimos todo lo que necesitas saber sobre su salud y ejercicio, pero también sobre su carácter y cuidados diarios, educación, alimentación y prevención. Verás por qué, con rutinas adecuadas y límites claros, el Hovawart puede ser un perro de familia ejemplar, capaz de trabajar, jugar y relajarse a tu lado.
Aspecto, tamaño y pelaje: así es el Hovawart
De cuerpo alargado y musculoso, el Hovawart destaca por una cabeza fuerte, ojos marrones expresivos y orejas triangulares caídas. Los machos miden entre 63 y 70 cm a la cruz y suelen pesar de 30 a 40 kg, mientras que las hembras, más finas de cabeza y algo más ligeras, alcanzan 58 a 65 cm y rondan los 25 a 35 kg.
Su manto es doble, largo o semilargo y ligeramente ondulado, con una capa externa protectora y una interna más suave que aísla del frío y la humedad. Los colores admitidos son negro, rubio y negro con marcas fuego, bien delimitadas en cara, pecho, patas y bajo la cola; se pueden ver puntitos «ceja» sobre los ojos en los ejemplares negro-fuego.
La cola, bien poblada, se porta alta cuando está atento. Su movimiento es amplio y elegante, con paso largo y firme. La esperanza de vida habitual se sitúa entre 10 y 14 años, existiendo casos puntuales que superan esa horquilla cuando la salud y los cuidados acompañan.
Carácter y convivencia: protector, equilibrado y familiar
Como antiguo perro de trabajo y guardián de fincas, el Hovawart mantiene un marcado instinto de vigilancia y una confianza natural que impresiona. Bien educado, se muestra seguro, estable y atento sin exagerar las reacciones; es un perro con «nervios de acero» y gran autocontrol.
En el hogar suele ser dulce y cercano con los suyos. Disfruta del contacto constante con la familia, es juguetón y paciente con los niños (siempre supervisados) y, con una socialización temprana, puede convivir sin problemas con otros perros y mascotas.
Por su seguridad interior, puede poner a prueba a tutores inseguros. Necesita una guía clara y coherente: si percibe dudas, tenderá a asumir el mando. Con un liderazgo amable pero firme y refuerzo positivo, responde de maravilla y despliega lo mejor de su carácter.
Conviene recordar que puede presentar cierto instinto de caza; en paseos por campo y zonas boscosas es aconsejable el uso de correa hasta tener una llamada sólida. Un Hovawart ocupado y bien canalizado es un perro sereno en casa.
Historia y origen: de guardián medieval a compañero polivalente
El nombre proviene del alemán antiguo: «hova» (granja) y «wart» (guardián). En la Edad Media se denominaba así a los perros que protegían hogares y propiedades, ya se documenta el término desde el siglo XIII. Su misión era avisar e intervenir frente a intrusos, depredadores o ladrones, cuidando tanto del patrimonio como de la familia.
La raza moderna se rescató a inicios del siglo XX, con el trabajo del veterinario Kurt Friedrich König y otros entusiastas. Para recuperar las características deseadas se cruzaron ejemplares tipo granja con razas como Pastor Alemán, Leonberger, Terranova e incluso Boyero de Berna, siempre bajo procesos selectivos estrictos.
En 1937 se reconoció oficialmente en Alemania, y en 1948 se integró en la VDH. Más tarde, la FCI aceptó su estándar (n.º 190), encuadrándolo en el Grupo 2. Desde entonces, ha pasado de guardián de fincas a perro de familia, de deporte y de trabajo especializado en muchos países.
Ejercicio y actividades: energía bien gastada, bienestar asegurado
Este perro no es para una vida sedentaria. Como raza activa y versátil, necesita ejercicio diario abundante y variado: paseos largos, trote, senderismo y, si se dispone de un jardín cercado, ratos de juego libre para correr y estirar las patas.
Además del paseo, es aconsejable incluir actividad deportiva o de trabajo de olfato. El Hovawart disfruta con canicross, bikejoring (bicicleta), patines, rally-o, agility y obediencia. Las sesiones deben adaptarse a su edad y estado físico, evitando impactos en crecimiento y sobreesfuerzos.
Tiene buen olfato y concentración, por lo que los juegos de búsqueda y rastreo son ideales para mantenerlo mentalmente activo y bajar revoluciones. Si le gusta el agua, nadar es un plus de bajo impacto para músculos y articulaciones.
Como norma, tras comer conviene respetar un periodo de reposo para reducir riesgos de torsión gástrica. Planifica las comidas lejos del ejercicio intenso y reparte la ración en tomas, especialmente en ejemplares ansiosos con la comida.
Educación y socialización: firmeza amable, constancia y paciencia
Aunque aprende rápido, el Hovawart madura tarde: su carácter puede consolidarse hasta los tres años. Eso exige paciencia, perseverancia y evitar castigos duros o incoherencias que erosionen la confianza.
El enfoque que mejor funciona es el refuerzo positivo: premios, juego, caricias y voz. Las normas deben ser claras y consistentes para que entienda qué se espera de él. Trabaja la llamada, la gestión de impulsos y la exposición gradual a estímulos (personas, perros, ruidos, entornos).
Para principiantes comprometidos puede ser un primer perro estupendo, siempre que se invierta tiempo en formación (clases de cachorro, educación canina) y se cuente con asesoramiento profesional si hace falta. La seguridad del guía y la previsibilidad hacen que el Hovawart se relaje y colabore.
Salud: robusto por naturaleza, atento a ciertos riesgos
Se considera una raza fuerte y resistente, con una salud general buena, pero como perro grande comparte predisposiciones que es clave conocer. La displasia de cadera ha sido históricamente su gran batalla: la cría selectiva ha reducido mucho su incidencia, pero sigue siendo imprescindible controlar el peso, evitar saltos en crecimiento y realizar revisiones veterinarias cuando toque.
También puede aparecer displasia de codo, que cursa con dolor, cojera y artrosis a medio plazo; la gestión del ejercicio y la detección temprana son decisivas. En el plano ocular, se describen cataratas y atrofia progresiva de retina (APR); los chequeos oftalmológicos periódicos ayudan a detectar problemas a tiempo.
Entre los problemas menos frecuentes pero relevantes, se incluyen epilepsia de origen idiopático, trastornos hemorrágicos como la enfermedad de von Willebrand, y patologías cardíacas (como cardiomiopatía dilatada) con signos de fatiga, tos o disnea. El hipotiroidismo y las derivaciones portosistémicas (shunt hepático) también se han señalado en la raza.
La obesidad es un enemigo silencioso que agrava casi todo lo anterior, mientras que la torsión gástrica constituye una urgencia vital en perros grandes de pecho profundo; repartir tomas, evitar ejercicio tras comer y usar comederos antivoracidad puede marcar diferencias.
Prevención y cuidados veterinarios: la mejor inversión
Agenda revisiones veterinarias anuales (o semestrales en seniors) con escucha cardiaca, control de tiroides cuando proceda, evaluación articular y fondo de ojo si el profesional lo considera. Desparasitación, calendario vacunal al día y chequeos dentales forman el paquete esencial.
El día a día importa: mantén un peso corporal óptimo, ofrece ejercicio ajustado a su etapa vital, hidrátalo bien y evita los golpes de calor con sombra y descanso en horas punta. En climas cálidos, los paseos mejor a primera y última hora.
Algunos cuidadores usan complementos para articulaciones o digestivos de marcas comerciales específicas. Consulta siempre con tu veterinario antes de incorporar suplementos, especialmente si tu perro sigue un tratamiento o presenta patologías previas.
Si te mueves por naturaleza con frecuencia, un botiquín básico (gasas, suero fisiológico, pinzas, desinfectante apto para perros) puede sacarte de apuros. La detección temprana y la constancia son tus aliadas para disfrutar de muchos años juntos.
Alimentación: equilibrio, calidad y rutina
Por su tamaño y nivel de actividad, el Hovawart necesita una dieta completa y de calidad que aporte proteínas, grasas saludables, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Puedes optar por pienso, húmeda o combinación, escogiendo fórmulas para tamaño mediano-grande y etapa vital (cachorro, adulto, senior).
Los adultos suelen ir bien con dos tomas al día; los cachorros, con más tomas y raciones pequeñas. Ajusta la cantidad a su gasto energético, revisa el etiquetado y consulta con tu veterinario o nutricionista canino si aparecen dudas o si necesitas adaptar calorías por aumento o pérdida de peso.
Si entrenas con premios, descuéntalos del total calórico diario para no pasarte. En perros propensos a tragar rápido, los comederos especiales y dividir la ración en varias comidas ayudan a reducir el riesgo de dilatación-torsión gástrica.
Quienes prefieren dietas caseras o BARF deben diseñarlas con un profesional para cubrir micronutrientes, proporciones de proteína y grasa, y evitar ingredientes problemáticos. La supervisión veterinaria es irrenunciable en cualquier cambio alimentario relevante.
Condiciones de vida: espacio mental y físico
Es un perro para tutores activos. Aunque puede adaptarse a vivir en un piso, requiere mucho ejercicio diario, estimulación mental y salidas largas. Si se aburre o acumula energía, puede volverse destructivo en casa.
Disponer de un jardín seguro o de acceso frecuente a entornos naturales suma puntos, pero no sustituye los paseos y el trabajo conjunto. Como perro muy social, valora la compañía humana; dormir dentro de casa favorece el vínculo y el descanso, aunque en climas templados y con refugio adecuado hay quien lo acostumbra a pernoctar fuera. En cualquier caso, prioriza su bienestar emocional y térmico.
Para viajar, infórmate sobre normas de transporte: en tren algunas compañías piden bozal y transportín, y para volar se exige un contenedor homologado IATA. Planifica paradas, agua y descansos, sobre todo en trayectos largos.
Aseo e higiene: sencillo pero constante
El pelaje de doble capa se mantiene bien con 2-3 cepillados semanales, aumentando la frecuencia en muda. Usa un cepillo de púas metálicas o peine adecuado para eliminar nudos y pelo muerto. El baño puede espaciarse (aprox. cada dos meses), con champú específico canino que respete los aceites naturales.
Revisa y limpia orejas, ojos y dientes con regularidad. Para las orejas, utiliza soluciones óticas para perros y evita introducir bastoncillos profundamente. Los ojos pueden limpiarse con gasas estériles y suero fisiológico si hay legañas.
El cepillado dental frecuente reduce placa y sarro y previene enfermedad periodontal. Acostúmbralo desde cachorro con pasta específica canina. Las uñas se recortan cuando rozan el suelo o al primer «clic-clic» en pavimento; si dudas, pide a tu veterinario que te enseñe la técnica.
Cuida también las almohadillas tras rutas intensas: limpia, seca y revisa cortes. En verano, evita asfalto caliente; en invierno, aclara sal de carreteras para prevenir irritaciones. Pequeños hábitos evitan grandes problemas.
Actividades recomendadas y deportes caninos
Además del paseo, el Hovawart disfruta con propuestas que combinan mente y físico. Los más indicados incluyen: obediencia, agility, rally-o, canicross, rastreo y juegos de cobro. Ajusta la dificultad y el impacto a su edad y condición.
- Olfato y búsqueda: circuitos de rastreo, detección de premios u objetos.
- Deporte de resistencia moderada: canicross suave y bicicleta con seguridad.
- Habilidad y coordinación: agility recreativo y ejercicios de propiocepción.
- Trabajo en agua: natación si el perro la disfruta y hay condiciones seguras.
Introduce la carga progresivamente, calienta antes y enfría después. La regularidad vence a las palizas ocasionales y reduce lesiones.
Costes, presupuesto y seguros
Mantener a un Hovawart con calidad implica planificar gastos. Como orientación, se habla de vacunas anuales en torno a 60-70 € y un presupuesto mensual de 65-80 € según tipo de alimento, tamaño del perro y zona. Los imprevistos veterinarios pueden elevar la factura.
Un seguro veterinario que cubra accidentes y enfermedades ayuda a afrontar cirugías, medicaciones crónicas o pruebas diagnósticas. Algunas pólizas incluyen revisiones, vacunas o dietas terapéuticas. Revisa coberturas, franquicias y límites anuales para elegir con cabeza.
Pautas clave de prevención
- Control del peso y raciones ajustadas al gasto.
- Evitar ejercicio intenso tras comer y dividir tomas para reducir riesgo de torsión.
- Rutina de ejercicio diario físico y mental.
- Revisiones veterinarias periódicas (cardio, articulaciones, ojos, tiroides).
- Aseo regular: cepillado, higiene oral, oído/ojos, corte de uñas.
- Hidratación y prevención del calor, con descanso en horas críticas.
- Socialización y educación con refuerzo positivo desde cachorro.
El Hovawart recompensa el compromiso con lealtad, alegría y carácter. Si buscas un compañero deportivo, afectuoso y protector, pocas razas te ofrecerán tanto, siempre que correspondas con tiempo, guía y cuidados constantes.