Descubrimientos recientes en salamandras: regeneración de extremidades y hallazgos sorprendentes en especies fósiles

Última actualización: 18 junio 2025
  • El ajolote y otras salamandras poseen una extraordinaria capacidad para regenerar extremidades, órganos y tejidos.
  • El ácido retinoico es fundamental como “GPS molecular” que guía a las células durante la regeneración.
  • Investigaciones actuales con ajolotes modificados genéticamente revelan el papel de la enzima CYP26B1 y nuevas perspectivas para medicina regenerativa humana.
  • Un fósil de salamandra gigante descubierto en Tennessee arroja luz sobre la evolución y diversidad de estos anfibios.

salamandra en primer plano

Las salamandras han fascinado a biólogos y científicos desde hace décadas debido a sus peculiares habilidades para la regeneración. El interés en estos anfibios no solo reside en su singular aspecto, sino también en la posibilidad de que sus capacidades puedan, en un futuro, trasladarse a la medicina humana. Recientes estudios y hallazgos fósiles contribuyen a ampliar nuestro conocimiento sobre la biología y la evolución de estos increíbles animales.

Entre todas las especies, el ajolote mexicano destaca por su aspecto inconfundible, su popularidad en la cultura actual —sobre todo entre niños y jóvenes— y, sobre todo, por su habilidad para reconstituir miembros u órganos dañados. Lo que antes era considerado casi mágico hoy se analiza al detalle en prestigiosos laboratorios.

El misterio de la regeneración en salamandras

ajolote en su medio natural

Uno de los grandes enigmas a resolver por la ciencia es cómo las salamandras logran reparar partes específicas de su cuerpo con tanta precisión. Si un individuo pierde la mano, esa es la parte que se regenera; si el daño es más arriba, se restituye todo el brazo. Este nivel de perfección intriga a la comunidad científica, y las investigaciones recientes comienzan a aclarar el proceso detrás de este fenómeno.

El papel protagonista lo tiene el ácido retinoico, una pequeña molécula relacionada con la vitamina A que también se utiliza en cremas cosméticas. Funciona como un sistema de navegación interna para las células, orientándolas sobre qué estructura reconstruir y en qué lugar exacto del cuerpo. Investigadores como James Monaghan, de la Universidad Northeastern, han podido seguir este proceso usando ajolotes modificados para que sus células brillen al activar dicha molécula.

Gracias a estos avances, se ha observado que si se añade ácido retinoico en exceso o se impide que se degrade mediante la inhibición de la enzima CYP26B1, la regeneración falla: en vez de crecer, solo la mano, por ejemplo, puede desarrollarse en duplicado u otras anomalías. Esto confirma que el equilibrio preciso de la molécula es esencial para que el “GPS celular” funcione correctamente.

De los ajolotes fluorescentes al futuro de la medicina

ajolote en laboratorio

El uso de ajolotes modificados genéticamente ha sido clave para visualizar en qué momento y en qué áreas del cuerpo actúa el ácido retinoico durante la regeneración. Este método permite monitorizar en tiempo real los mecanismos celulares implicados, y abre nuevas posibilidades para estimular la regeneración en otros animales y, quizás, en personas.

La forma en la que las células del ajolote “olvidan” su identidad y “vuelven a empezar”, recibiendo las señales necesarias para reconstruir la parte perdida, resulta fascinante y distinta a lo que sucede en mamíferos, donde la reacción a una lesión suele ser simplemente cicatrizar. El objetivo final de estas investigaciones es activar vías similares en tejidos humanos para recuperar extremidades o reparar daños graves.

El potencial médico es enorme, aunque los expertos insisten en que todavía queda un largo camino por recorrer. Sin embargo, la identificación de la acción del ácido retinoico y la posibilidad de modular su concentración abren nuevas vías para la investigación de terapias regenerativas.

La diversidad de las salamandras a lo largo de la historia

fósil de salamandra gigante

No toda la actualidad gira en torno a la biología molecular. Recientemente, un hallazgo paleontológico en el estado de Tennessee (Estados Unidos) ha permitido describir una nueva especie extinta: Dynamognathus robertsoni. Esta salamandra gigante, que podía alcanzar los 40 centímetros de largo, sorprende por el tamaño de sus mandíbulas y su fuerza para excavar túneles bajo tierra.

La región de los Apalaches siempre ha sido un refugio de biodiversidad para estos anfibios, y estudios recientes demuestran cómo salamandras de gran tamaño influyeron en la evolución de las especies actuales, en especial de las que habitan arroyos y zonas húmedas. Los fósiles sugieren que hace millones de años existían salamandras mucho mayores y con costumbres subterráneas, muy diferentes a las que hoy encontramos en el sur de los Estados Unidos.

Este descubrimiento ha permitido comprender mejor los factores ambientales y evolutivos que favorecieron la diversificación de las salamandras, desde climas más cálidos hasta glaciaciones que modificaron la distribución de estos animales en el continente americano.

Implicaciones y retos de futuro en la investigación sobre salamandras

grupo de salamandras en bosque

Los expertos reconocen que el camino hacia una medicina regenerativa basada en estas capacidades requiere aún muchos ensayos y validaciones. Es necesario profundizar en la comprensión de otros factores moleculares, además del ácido retinoico, para garantizar que los mecanismos sean seguros y controlables antes de aplicarlos en humanos.

Aunque todavía queda mucho por explorar, el interés por estos animales no deja de crecer, tanto en los laboratorios como fuera de ellos. Las salamandras —y en concreto el ajolote mexicano, una especie en peligro de extinción— se han convertido en símbolo de ciencia, naturaleza y cultura.

La proliferación de salamandras como mascotas, el creciente número de aficionados que las estudian y la atención mediática reciente demuestran que estos anfibios ocupan un lugar especial en la sociedad contemporánea, a medio camino entre la fascinación biológica y la responsabilidad medioambiental.

salmandra en estado natural

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La investigación sobre salamandras se encuentra en un momento clave. Por un lado, revela mecanismos de regeneración celular con aplicaciones potencialmente revolucionarias. Además, los hallazgos fósiles y el estudio de la diversidad actual demuestran la riqueza evolutiva y adaptativa de este grupo, reforzando la importancia de conservar sus hábitats para que no desaparezcan los secretos que aún nos pueden revelar.