«Rojo y amarillo, mata al chiquillo». Así reza un refrán popular acerca de la serpiente coral, una de las más venenosas del planeta. Conocida por sus característicos colores (rojo, amarillo y negro), es también una de las más temidas.
Sin embargo, son muchos los que las adoran e incluso las tienen como mascota. Si quieres conocer más sobre la serpiente coral, como la diferencia con la falsa coral, o lo que necesitas para tener una en casa, aquí encontrarás todo lo que necesitas.
Cómo es la serpiente coral
La serpiente coral, también conocida como serpiente rabo de ají, o coralillos, forma parte de la familia Elapidae, un grupo de serpientes muy venenosas. Su mayor característica es el color de su cuerpo, ya se tiene un colorido diseño entre rojo, amarillo y negro.
En concreto, tiene una secuencia que empieza con negro, amarillo, negro, amarillo, rojo, negro, amarillo y rojo. Las zonas negras suelen ser de mayor tamaño que las rojas y estas a su vez mayores que las amarillas.
Es una serpiente que no llega al metro y medio de longitud, siendo las hembras más grandes que los machos. En cuanto a la cabeza, suele ser negra, redondeada, más pequeña y más aplanada que en otras serpientes. Sus ojos tienen una pupila circular.
La esperanza de vida de la serpiente coral está en los 20 años.
Diferencias entre la serpiente coral y la falsa coral
La serpiente coral tiene una imitación. Se trata de la falsa coral o serpiente rey, un tipo de reptil muy parecido a la primera, pero no venenosa.
Distinguir una de la otra no es difícil, solo hay que tener en cuenta las diferencias que son:
- Los colores. La serpiente coral tiene un patrón de anillos en amarillo, rojo y negro. Sin embargo, en la falsa coral el patrón es diferente, ya que el amarillo no está al lado del rojo. Aparte, los anillos de la original son completos (recorren todo su cuerpo), al contrario que en la falsa coral, que solo los tiene en la parte superior (su vientre es completamente blanco).
- La cola. La cola de la serpiente coral es negra y amarilla. En cambio en la falsa coral la cola termina en colores rojo y negro.
- La cabeza. La falsa coral tiene una cabeza más alargada que la serpiente coral, que es más cortita y aplanada.
- Los ojos. La falsa coral tiene unos ojos grandes y marrones o rojos, con una pupila alargada. En cambio la serpiente coral tiene una pupila redonda y un ojo de color similar a su cuerpo (negro).
El veneno de la serpiente coral
La mordedura puede llegar a ser letal. Cuando expulsa el veneno por sus colmillos, las neurotoxinas que tiene entran en su víctima paralizando músculos y todo el sistema nervioso. A raíz de esto, el sistema respiratorio se paraliza, matando a su víctima.
Al principio, se siente un ligero dolor que parece remitir con el paso del tiempo, sin embargo, poco después la sensación de falta de aire, visión borrosa, entumecimiento, etc. suceden casi de repente, y es preciso acudir a urgencias.
Dónde vive
Al contrario que otras serpientes, la serpiente coral no tiene una ubicación determinada en el mundo. Se puede encontrar en muchos continentes aunque, como animal de sangre fría que es, prefiere las zonas tropicales o calurosas. Por tanto, donde hay más ejemplares es en América y en Asia.
Como serpiente semiacuática, puede vivir tanto en desiertos como en pantanos, matorrales, e incluso en zonas de altitud de más de 300 metros.
Tipos de serpiente coral
La serpiente coral se clasifica en dos grupos diferentes. Por un lado, la serpiente de coral del Viejo Mundo, con un total de 16 especies que, a su vez, se dividen en dos géneros; y, por otro, la serpiente de coral del Nuevo Mundo, con 73 especies que, a su vez, se dividen en tres géneros.
Cada una de ellas residen en continentes diferentes de tal manera que:
- Calliophis (Viejo Mundo): se encuentra en Asia. En total son 11 especies.
- Sinomicrurus (Viejo Mundo): ubicada en Asia, sobre todo en las zonas tropicales. Se compone de 5 especies.
- Leptomicrurus (Nuevo Mundo): solo dos especies que se encuentran en el norte de Sudamérica.
- Micrurus (Nuevo Mundo): aparece en la zona de América (norte, centro y sur), con un total de 70 especies.
- Micruroides (Nuevo Mundo): La última especie que está en la parte de México y EE.UU.
Cuidados de la serpiente coral
Tener una serpiente coral en casa requiere de una gran responsabilidad ya que hay que evitar por todos los medios que esta se pueda escapar de su “casa” o que muerda a alguien debido al veneno que tiene. Por eso, debes conocer todos los cuidados que precisa.
El terrario de la serpiente
Para tener una serpiente coral en casa es preciso contar con un terrario de al menos 100 centímetros de largo, 60 de ancho y 90 de alto. Es importante que tengan una base en el suelo y se copie el hábitat natural de este reptil.
No conviene usar madera de cedro (es tóxica para ellas) ni tampoco arena. Lo mejor son piedras o rocas que ayudarán a la serpiente en época de muda. También se pueden utilizar troncos u hojas que ayudarán a darle un aspecto más natural a ese lugar. Además, proporcionan huecos y escondites que la serpiente agradecerá, ya que suele mantenerse escondida, sobre todo de día.
La temperatura del terrario debe estar entre los 26 y 32 grados, con una iluminación que pueda graduar los días y la noche. En cuanto al agua, la serpiente coral necesita un bebedero para reptiles.
Qué come
La serpiente de coral no es un reptil que se conforma con poca cosa. Lo cierto es que sus alimentos predilectos suelen ser los lagartos o los mamíferos pequeños, aunque tampoco le hace ascos a las ranas, sapos u otros anfibios. Incluso son capaces de comerse a otras serpientes coral.
Para capturar a sus presas hacen uso del veneno que tienen, capaz de paralizar a sus víctimas para que ellas puedan abrir su boca y tragarse de forma íntegra todo el animal. Es en el interior donde se lleva a cabo la digestión y trituración de la presa. Por eso, muchas serpientes de este tipo entran en un letargo reduciendo su actividad para centrarse en digerir la comida.
En cautividad, una serpiente de coral suele alimentarse sobre todo de ratones y, a diferencia de otras serpientes, esta no necesita que los ratones o cualquier alimento, esté vivo.
La reproducción de la serpiente coral
A la hora de reproducirse, la serpiente de coral hembra suele ser muy selectiva. Una vez se produce el cortejo, que suele ser por el mes de mayo a julio, la serpiente de coral elige a los machos que considera están mejor de salud (o pueden lograr que las crías sean más fuertes). Tras el apareamiento, la hembra busca un lugar donde poner los huevos.
La puesta de huevos tiene lugar en el mes de julio, momento en el que la hembra deja entre tres y cinco huevos escondidos entre ramas secas o bien en madrigueras que estén vacías. Los huevos se desarrollarán en unos tres meses. En ese tiempo, eclosionarán y nacerán unas crías de aproximadamente 18 centímetros, pero igual de letales que su madre (incluso más ya que el veneno es más puro). En cuanto a su físico, estas serán muy parecidas a la madre en los patrones de colores.