- Profepa aseguró más de 75 animales silvestres y exóticos en la UMA de Tihuatlán, Veracruz.
- Las inspecciones revelaron condiciones deficientes, falta de documentación y alimentación inadecuada.
- Entre los ejemplares rescatados figuran leones, tigres, jaguares y cocodrilos.
- La autoridad ambiental evalúa sanciones y el futuro traslado de los animales a sitios más adecuados.
La presencia de grandes felinos y reptiles en condiciones precarias dentro de una Unidad de Manejo Ambiental en Tihuatlán, Veracruz, ha vuelto a poner en el foco el debate sobre el cuidado y legalidad del resguardo de especies silvestres en México. Las recientes acciones de Profepa han dejado al descubierto una realidad preocupante en torno a la protección animal en espacios supuestamente regulados.
El caso comenzó a raíz de una denuncia ciudadana sobre malas condiciones y presunto maltrato animal en la UMA “Akga’Pun Kitsisi’Tanka”, un predio que desde hace años funcionaba como receptor de fauna silvestre decomisada, pero que actualmente fue señalado por irregularidades graves que van desde instalaciones deplorables hasta la falta de documentos legales para los animales.
Aseguramiento masivo de especies en peligro
El pasado 5 de junio, inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realizaron una visita exhaustiva al recinto tras recibir varias alertas públicas y el eco de la problemática en redes sociales. Allí, el personal documentó la existencia de más de 75 animales silvestres y exóticos que vivían en recintos deteriorados, con falta de limpieza y sin áreas apropiadas para el manejo de alimentos o la contención de grandes felinos.
Entre los ejemplares asegurados destacan tigres de bengala, leones africanos, jaguares, cocodrilos, jaguares melánicos, monos araña, lémures y diversas aves exóticas como loros y tucanes. También se encontraron mamíferos fuera de lo común como dromedarios, cebras y guanacos, además de ciervos y ocelotes. Todo ello se hallaba en condiciones sanitarias deficientes, con presencia de animales domésticos y restos orgánicos dispersos por el espacio.

Deficiencias, irregularidades y falta de control legal
Las inspecciones de Profepa concluyeron que la UMA operaba con equipamiento insuficiente para casos de emergencia con grandes felinos y carecía de instalaciones aptas para el bienestar físico y psicológico de los animales. Además, el alimento suministrado provenía de restos recolectados en rastros y supermercados, sin seguir ninguna dieta especializada ni supervisión veterinaria regular, poniendo en serio riesgo la salud de todos los ejemplares.
Otro aspecto crítico fue la incapacidad de los responsables del lugar para acreditar legalmente la procedencia de los animales. Al no presentar documentación alguna, Profepa determinó el aseguramiento precautorio de todos los ejemplares, siguiendo lo estipulado en la Ley General de Vida Silvestre.
Procedimiento administrativo y futuro de los animales
La Unidad, que fue empleada desde 2011 como sitio de resguardo por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), presentaba un estado que la hacía impropia para continuar con esa función. La autoridad ambiental ha iniciado acciones legales y administrativas contra los responsables. Actualmente, los animales permanecen bajo resguardo oficial, mientras se definen las medidas para su reubicación en espacios adecuados que garanticen tanto su salud como su seguridad.
Las autoridades confirmaron que continuarán con las investigaciones y que se impondrán sanciones conforme a la normatividad vigente. Su prioridad es velar por el bienestar y el destino final de cada ejemplar, asegurando que se sigan los protocolos necesarios para su traslado a lugares con mejores condiciones.
La situación en la UMA de Tihuatlán evidencia la necesidad de reforzar los mecanismos de control, registro y supervisión en todos los centros dedicados al manejo de animales silvestres, así como de promover una mayor conciencia pública sobre el cuidado responsable de especies en peligro.