- El cambio climático está alterando los lugares de anidación de tortugas marinas, favoreciendo nuevas zonas en Baleares y la Comunidad Valenciana.
- La vigilancia, actuación ciudadana y protocolos de emergencia son fundamentales para proteger los nidos y aumentar la supervivencia de las crías.
- Ejemplares como Ana y Diana han protagonizado intentos y éxitos de desove en playas de Alicante y Dénia, con traslados de huevos para su mejor protección.
- La presencia de la especie en el Mediterráneo español ha aumentado notablemente desde 2015, evidenciando la necesidad de adaptación de los protocolos de conservación.
En las últimas temporadas, las costas del Mediterráneo español se han convertido en protagonistas inesperadas de la nidificación de tortugas marinas. Diversos episodios recientes muestran la expansión y consolidación de estos procesos reproductivos en playas de la Comunidad Valenciana y Baleares, un fenómeno atribuido principalmente al cambio climático y a las nuevas tendencias de desove de la especie Caretta caretta. A medida que aumentan las temperaturas del agua y la arena, los registros de nidos y puestas continúan creciendo, lo que pone de manifiesto la necesidad de extremar tanto la vigilancia como la colaboración ciudadana.
La protección y el seguimiento de los nidos resulta crucial en todo este proceso. Las administraciones, universidades, centros de fauna y organizaciones especializadas han desarrollado protocolos que se activan ante cualquier aviso de avistamiento, nido o rastro en la playa. La experiencia demuestra que una actuación rápida y coordinada puede marcar la diferencia para la supervivencia tanto de los huevos como de las crías.
Liberación de tortugas nacidas en Mallorca: el caso de Can Pastilla
Uno de los eventos más destacados de la pasada temporada tuvo lugar en la playa de Can Pastilla, Mallorca, donde fueron devueltos al mar 16 ejemplares juveniles de tortuga boba tras haber nacido en septiembre de 2024 en un nido previamente no detectado. Estos ejemplares permanecieron bajo el programa de head starting, una técnica que consiste en criar a las crías en condiciones controladas durante sus primeros meses hasta alcanzar un tamaño más seguro para afrontar el medio marino. Con unos nueve meses de vida, un caparazón de 16 centímetros y peso alrededor de 800 gramos, las tortugas liberadas cuentan con mejores posibilidades de superar la etapa más vulnerable de su ciclo vital.
Este tipo de episodios son fundamentales para la conservación, ya que contribuyen a incrementar la población de tortugas marinas en áreas donde cada vez son más frecuentes los avistamientos y nidos. Es vital que la población conozca los protocolos de actuación para actuar rápidamente en caso de detectar una tortuga anidando, un nido o huevos, y que siga las recomendaciones de no utilizar luces ni cámaras con flash para evitar desorientarlas. La detección precoz, especialmente entre mayo y octubre, es clave para que los técnicos puedan implementar las medidas de protección y vigilancia adecuadas.
Crecimiento de la nidificación en lugares inesperados
Desde 2015 se ha visto una notable expansión de las zonas elegidas por las tortugas marinas para reproducirse en Baleares. Inicialmente, en Ibiza se registró el primer intento, y a partir de 2019 las puestas se extendieron a Menorca y Mallorca, con varios nidos detectados y algunos intentos fallidos en Formentera. En 2023 se alcanzó un récord con seis nidos confirmados en el archipiélago, repartidos entre Mallorca e Ibiza, y en 2024 se localizaron nuevos nidos en lugares como Can Pastilla y Cala Rajada.
Este aumento en los movimientos reproductivos hacia el norte refleja el efecto directo del calentamiento global y la adaptación de la especie. Por ello, es necesario actualizar los protocolos de conservación y reforzar las acciones de sensibilización tanto entre residentes como entre turistas, asegurando la protección de los nuevos sitios de anidación.
Avistamientos y éxito de puestas en la Comunidad Valenciana
La costa de la Comunidad Valenciana también ha sido escenario de estos eventos, destacando los intentos y puestas en playas de Alicante y Dénia. Ejemplares conocidos como Ana y Diana han protagonizado historias muy seguidas por la comunidad científica y la ciudadanía local. Ana, que desde 2018 regresa cada año a Cabo Roig (Orihuela Costa), sufre un problema fisiológico que le impide desovar, aunque realiza todas las fases del proceso. Sin embargo, en la misma jornada, Diana sí consiguió depositar 116 huevos en la playa de Marineta Cassiana, Dénia, donde ya había depositado varios nidos en años anteriores.
El protocolo se activa inmediatamente tras cada aviso, movilizando a los equipos de la Universitat de València, Universitat Politècnica y Oceanogràfic. Este trabajo conjunto incluye ecografías, toma de muestras para estudios y el marcado de las tortugas con dispositivos de seguimiento satelital. La mayoría de los huevos depositados son traslocados a tramos de playa con mejores condiciones para la incubación, mientras que un pequeño porcentaje se guarda en incubadoras especializadas para garantizar el éxito reproductor.
Recomendaciones para proteger la nidificación de tortugas marinas
- Llamar al 112 siempre que se observe una tortuga en la arena, rastros o nidos.
- No utilizar luces artificiales ni cámaras con flash para evitar desorientarlas.
- No acercarse ni molestar a los animales; es mejor mantener la distancia y limitar la presencia de personas en las zonas de anidación.
- En caso de encontrar rastros, no pisarlos para mantener su integridad y facilitar la labor de los equipos de intervención.
La colaboración ciudadana, junto con los protocolos ya establecidos por las administraciones y las entidades científicas, es esencial para el éxito del ciclo reproductivo de la especie en nuestras playas. La implicación de vecinos, voluntarios, técnicos y personal especializado refuerza cada año las acciones de vigilancia y conservación.
El aumento en la presencia de tortugas marinas para desovar muestra que su regreso a estas playas ya no es un evento aislado, sino una realidad en crecimiento que evidencia la importancia de educar, informar y actuar con responsabilidad. La colaboración continua abre nuevas oportunidades para la conservación a largo plazo y la recuperación de las poblaciones, permitiendo que cada temporada se puedan ver nidos y crías emergiendo en el litoral mediterráneo.