El dragón barbudo es una de las criaturas más fascinantes y misteriosas del mundo de los dragones. Esta criatura alada se caracteriza por su largo cuello, sus alas grandes y sus escamas brillantes. Su color varía desde el verde oscuro hasta el azul intenso, con tonos plateados en la parte superior de su cuerpo. Su cola es larga y está cubierta con un pelaje áspero, similar al vellón de un caballo.
Su nombre se deriva del hecho de que tiene barbas en la parte inferior de su cara, lo que le da apariencia aún más feroz. Estas barbas son gruesas y pueden llegar a medir hasta tres pies (90 cm) de largo. Además, el dragón barbudo posee cuatro garras afiladas en cada uno de sus pies, lo que le permite agarrar presas con facilidad.
En cuanto a su comportamiento, los dragones barbudos son solitarios por naturaleza y prefieren vivir en cuevas oscuras o cavernas profundas donde puedan estar tranquilos sin ser molestados por otros seres vivos. Aunque no son particularmente agresivos hacia los humanos, si se sienten amenazados pueden ser peligrosos debido a su gran tamaño y fuerza sobrehumana.
Aunque hay muchos mitos acerca del dragón barbudo que hacen referencia a sus habilidades mágicas como volar sin alas o respirar fuego, la realidad es que no poseen tales habilidades sobrenaturales; sin embargo sí tienen un sentido del olfato increíblemente desarrollado para detectar presas e incluso personas desde grandes distancias gracias al calor corporal emitido por ellos mismos.