Avispa de mar
En esta ocasión, no vamos a hablarte de un insecto, sino de una medusa. La avispa de mar es una…
A pesar de que las medusas no son animales que nos guste ver de cerca, sobre todo si alguno de sus tentáculos nos toca, sí hay en el reino animal marino muchas especies diferentes. En concreto, existen más de 1.500 especies de medusas diferentes, y los propios expertos consideran que no se han descubierto todas. Muchas desconocidas viven a una profundidad del océano mayor, por lo que pueden descubrirse nuevas en los años venideros.
Si quieres conocer más a fondo a estos animales y descubrir sus características, cómo se reproducen, qué comen… no dejes de echarle un vistazo a toda la información que hemos recopilado.
Las medusas, de nombre científico Medusozoa, son conocidas también como lágrimas de mar, aguamalas (o malaguas), aguavivas, aguacuajito o aguacuajada. Se trata de animales marinos pelágicos, es decir, que viven en los océanos en la columna de agua que no está sobre la parte continental. Su tamaño suele ser de entre 5 y 40 centímetros de longitud, depende de la especie que sea. Hay algunas que son capaces de alcanzar los 200 centímetros de diámetro (y también esa cifra en su peso).
El 96% de su cuerpo está formado por agua. Este se caracteriza por ser gelatinoso y con la forma de una campana. En ella cuelga lo que se llama un «manubrio tubular». Dispone de boca y de una serie de tentáculos que están cargados de células urticantes que utiliza para defenderse o para atrapar a sus presas.
En el mar se mueve de una forma curiosa ya que lo hace a través de contracciones en su cuerpo, cogiendo agua y soltándola como un propulsor para moverse. Algo a destacar es que solo pueden moverse así hacia arriba o abajo, no a los lados (eso depende de las propias corrientes marinas, razón por la que a veces llegan a las playas).
A pesar de ser un organismo vivo, un animal, destaca el hecho de que no tiene un cerebro. Las medusas utilizan unos receptores nerviosos que son las que ayudan a que sobreviva.
En cuanto a su esperanza de vida, es bastante diferente según las especies. Mientras que algunas solo viven unas 2 horas, existen otras especies que pueden hacerlo durante 6 meses. E incluso algunas pueden vivir eternamente.
Las medusas viven en zonas de agua cálida y tropical. Sin embargo, debido a su adaptación, son capaces de encontrarse en otros mares y océanos de aguas más frías o calientes. De hecho, pueden soportar temperaturas de entre -6 grados Celsius y 31 grados.
Lo habitual es que se encuentren en aguas que estén entre 9 y 19 grados. Casi siempre son más asiduas a los océanos Índico, Atlántico y Pacífico, si bien, también se pueden encontrar en el Mediterráneo algunas especies de medusas.
Todavía no se han conocido todos los tipos de medusas que hay en los mares, ya que las más de 1.500 especies no son realmente las que existen, sino muchas más que aún no se han descubierto. Sin embargo, algunas de ellas, las más conocidas, son las siguientes:
Es una medusa que difiere bastante en su aspecto a las más habituales, así como en su forma de vida, ya que les gusta flotar por la superficie del agua, e incluso han llegado a estar en la arena de las playas.
Se caracteriza por emerger en el agua dejando los tentáculos libres y así atrapando a sus víctimas. Visualmente, parece una bolsa o similar, pero en realidad es una medusa.
Tiene una forma redondeada casi perfecta, de color blanca, marrón o incluso azul. A pesar de que pueden engañar con su aspecto, porque parece que no tengan tentáculos, lo cierto es que sí dispone de ellos, solo que están escondidos y solo los despliega para atacar a sus presas o defenderse.
Son muy parecidas a un alga, por lo que suponen un peligro cuando paseas por la playa o estás en el agua y quieres tocarlas para apartarlas de tu lado creyendo que no son animales. Además, son muy pequeñas, pero igual de peligrosas si te pican.
Es una de las más conocidas en todos los mares y océanos, ya que se ha adaptado bien a todas las regiones. También es la especie habitual en la que pensamos cuando nos viene a la cabeza la palabra «medusa» ya que su forma es la habitual de estos animales.
Esta es quizá una de las que, si te la encuentres, no te dé miedo tocar, porque, aunque tiene veneno, este es inofensivo para el ser humano, y visualmente la medusa es una de las más bonitas. Con apenas un tamaño de 7 centímetros, su coloración azul (en distintos tonos), con algo de dorado y transparente, las hacen muy llamativas.
Viven, como ocurre con la Carabela portuguesa, en la superficie del agua, dejando sus tentáculos que vayan libremente por el agua para atrapar a su alimento y procesarlo en su interior.
A pesar de su forma tan extraña, lo cierto es que las medusas tienen boca y es por ella por donde introducen su comida. Además, también disponen de estómago e intestinos. Su alimentación se basa en comerse a otros animales, es decir, son carnívoras. De hecho, lo que más comen son peces pequeñas, especies de medusas más pequeñas, crustáceos, moluscos, larvas, huevos y sí, también plancton.
Para comer, hacen uso de sus tentáculos, consiguiendo atrapar a sus víctimas (e inyectándoles el “veneno” que llevan) a fin de que no se escapen ni se muevan. Los llevan a su boca y es en su interior donde se produce el proceso para procesar ese animal.
La reproducción de las medusas pasa por distinguir ejemplares machos, hembras y hermafroditas, es decir, que tiene los dos sexos en un mismo individuo. Esto último no es habitual, pero puede darse el caso, por lo que no necesitarían a otro animal para llevar a cabo el proceso.
En general, la reproducción tiene lugar cuando se liberan los óvulos y los espermatozoides en el agua, fecundándose en este mismo medio. Pero también puede ocurrir que la fecundación tenga lugar dentro de la hembra introduciendo los espermas para que estos lleguen a los óvulos.
Según la especie de medusa, este proceso puede durar apenas unos minutos, o incluso un año o más. Puede ocurrir durante todo el año, aunque es en verano cuando más proliferación hay debido a la temperatura más cálida y al aumento de comida disponible.
Una vez tiene lugar el apareamiento (o la fecundación), se forman los huevos y estos liberan una larva. Esta se llama «plánula» y tiene una forma de pera. Se mantiene unida a la medusa a través de sus tentáculos hasta que, llegado un tiempo, se separa y flota en el agua hasta que encuentre algo donde se adhiera.
Cuando lo encuentra, empieza su siguiente fase, que es la de pólipo, donde empieza a desarrollar las partes sólidas de su cuerpo (boca, tentáculos…). Esta fase dura aproximadamente un año, momento en el cual se desprenderán del lugar donde han estado fijadas para moverse libremente, ya como medusas.
Ruta completa: Info animales » Medusas
Por Encarni Arcoya hace .
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