Reconociendo al Rinoceronte
La cifra de reconocimiento más llamativa del rinoceronte es, sin duda, su prominente cuerno, o en algunos casos, cuernos. Estos cuernos son realmente una extensión del tejido dérmico y están hechos de queratina, la misma proteína que forma nuestras uñas y cabello.
En algunos especímenes, particularmente el rinoceronte blanco, los dos cuernos pueden presentarse con una longitud espectacular. Con frecuencia, el cuerno frontal, es el más largo y puede llegar a medir hasta 1,5 metros en los casos más excepcionales.
Anatomía del Rinoceronte
El cuerpo del rinoceronte es tan intrigante como su característico cuerno. Un rinoceronte adulto puede medir hasta 4 metros de largo y 2 metros de alto, lo que equivale al tamaño de un automóvil pequeño. Además, su peso puede llegar a las 2 toneladas.
A pesar de su enorme tamaño, tienen una increíble adaptabilidad y capaces de carrera de corta distancia de hasta 50 km/h. Sus patas, fuertes y gruesas, han sido diseñadas para soportar su increíble peso.
El Cuero del Rinoceronte
La piel del rinoceronte es una verdadera maravilla natural. Casi como una armadura, puede tener un espesor de hasta 5 cm. En sus pliegues y grietas es dónde estos animales suelen tener parásitos, y es también el lugar donde las aves picotean en busca de alimentos, creando una interesante simbiosis.
Cornamenta y Defensas Naturales
El elemento de defensa más notable de un rinoceronte es, sin duda, su cuerno. Pero este cuerno no solo sirve como defensa; en realidad, tiene múltiples usos. Los rinocerontes lo utilizan para cavar en busca de agua, para guiar a sus crías y, por supuesto, en las luchas en períodos de apareamiento.
Los Sentidos del Rinoceronte
Los rinocerontes tienen una vista bastante pobre, sin embargo, compensan esto con sus otros sentidos, específicamente el olfato y el oído, que son extraordinariamente agudos. Pueden detectar olores de kilómetros de distancia y percibir sonidos inaudibles para el oído humano.
El mundo del rinoceronte es verdaderamente fascinante. Estos animales prehistóricos nos muestran que, a pesar de los avances de nuestra sociedad, todavía hay cosas que podemos aprender de la madre naturaleza y de las criaturas que habitan en ella.